F15) Vista aérea de la zona
del puente en el río Guadalmena sirve de
frontera entre las comunidades Andaluza y de Castilla La Mancha
¿Por qué mi interés en este puente? ¿Cómo tuve conocimiento de su existencia?
Cuando
realicé la publicación de la Iglesia
Parroquial Ntra. Señora del Collado de Segura de la Sierra, en
cuya construcción participó Andrés de Vandelvira, en concreto: en la traza del
chapitel del campanario y en la portada
de entrada, en la documentación que utilizaba se recogía la existencia de este
puente que estaba ubicado en el camino entre Siles en nuestra provincia y
Montiel en la vecina Ciudad Real.
La
primera tarea fue averiguar donde se encontraba el puente. Para ésto me puse en
contacto con mi amiga Rosa que vive cerca de la zona. Ella averiguó su ubicación
y se puso a buscar los caminos que le pudieran llegar a él; lejos de aminorarse, no cejó en su empeño
y armándose de valor subió por el cauce del río Guadalmena hasta que dio con su
ubicación. La aparición de los restos
fue ¡espectacular! Los fotografió de todas las formas posibles.
La aventura había tenido su recompensa.
Con las
fotografías que me hizo llegar se ha podido reconstruir “virtualmente” el
puente, además de realizar los planos constructivos
del mismo que más adelante detallaremos.
Su
origen
El río
Guadalmena actúa como línea divisoria natural entre el Campo de Montiel y los
pueblos de la comarca de Segura de la Sierra. Con el fin de salvaguardar las
mutuas relaciones comerciales entre La Mancha y Jaén, pues los vecinos de la parte de Segura subían
hasta el Campo de Montiel para vender su madera y comprar mercadurías, mientras
los otros hacían lo propio bajando sus ganados a las tierras de pastos, existía
un camino que partiendo de Siles trascurría paralelo al río Guadalimar que discurre entre
Benatae y Torres de Albanchez, pasando por el castillo del Cardete a la Puerta
de Segura. Desde aquí dirección al Castillo de Matafría iba a desembocar al
puente sobre el río Guadalmena (objeto de nuestro estudio) para llegar ya, en
tierras manchegas, a Albaladejo y finalizar en Montiel.
F16) Traza del camino entre Siles y Montiel
F17) Traza del camino entre
Siles y Montiel
Haciendo un paréntesis, el
camino pasaba por el Castillo del Cardete. Este, más bien lo que queda de
él, se encuentra a unos 200 metros del
cruce de la carretera de Siles a la Puerta con el desvío al valle de río
Trujala y formaba parte del sistema defensivo de Segura de la Sierra junto con
el castillo de la Espinareda (frente a Segura), Las Torres de Santa Catalina (en
Orcera), Gutamarta y Altamira (en Cortijos Nuevos) (Arquitectura militar para la
defensa del valle del Trujala) .
F18) Vista del castillo del
Cardete
La fortaleza de Cardete puede ser de
origen almorávide. Construido a base de tapial de calicanto con abundante cal. El recinto del castillo tiene forma
trapezoidal irregular, siendo sus dimensiones de 16,5 metros en el lado menor y
24,9 metros en el lado mayor, y cerrando una superficie de aproximadamente 400
metros cuadrados; en la actualidad se encuentra en estado de ruina progresiva.
F19) Torre del castillo con
planta ligeramente troncopiramidal que alcanza
los 14 metros de altura.
Después del
paréntesis y retomando el origen de nuestro puente, se deduce que el río
Guadalmena suponía un obstáculo para la comunicación entre ambas comarcas, de
ahí la necesidad de habilitar un paso que evitase vadear el río y el
consiguiente peligro que ello suponía, siendo lo más probable que ya desde antiguo existiera un puente para
conectar por el camino más directo estos territorios, convirtiéndose así en un
paso obligado en las vías de comunicación entre Jaén y La Mancha.
En una
interesantísima publicación de Enrique Herrera Maldonado y Juan Zapata Alarcón
de la Universidad de Castilla-La Mancha titulada “ANDRÉS DE VANDELVIRA EN LA
MANCHA”, los autores hacen una exposición detallada sobre el origen de este
puente y de la que he entresacado lo que sigue:
“Se sabe por
documentos que sobre 1471 existía en esos
pueblos de la Sierra de Segura y de la Comarca de Montiel, el pago de portazgo, pontaje y otros tributos
por haber contribuido a la construcción de un puente sobre el río Guadalmena,
si bien no se puede afirmar con certeza que se ubicara en el emplazamiento del
que aquí nos ocupa. En cambio sí se sabe, de la existencia de un puente en esta
parte del río en la década de 1530,
mandado construir por el mariscal Cristóbal López de Aguilera,
gobernador del Partido de Montiel, y que aún no se había concluido en el año
1536. Se trataba de un puente de tres arcos apoyados en dos pilares sobre el
cauce del río, que pronto sufrió problemas en su estructura. Uno de estos
pilares no estaba correctamente cimentado y además, se había retirado el
armazón de madera antes de que fraguara, con el consiguiente deterioro y ruina.
Estos problemas estructurales nunca se
remediaron totalmente, y a comienzos de la década de 1550 era un puente
prácticamente intransitable, a lo que hay que añadir que en 1555 buena parte
había sido destruida por las habituales crecidas del río. Mantener un puente en
buenas condiciones era de vital importancia para la zona, ya que garantizaban las comunicaciones entre La Mancha y Jaén.
En consecuencia, este mismo año se
recurrió a Andrés de Vandelvira, considerado el mejor arquitecto de la zona, para que dijera el lugar donde se debía
edificar el nuevo puente. Las trazas se encargaron al de Alcaraz, de modo que
ya el 10 de octubre de ese mismo año las presentaba en la villa de Montiel”.
Siguen los
autores comentando que el puente sobre el que Vandelvira proyecta el nuevo
estaba formado:
“por dos arcos, un
tajamar en quilla para recibir las aguas en el lado de Segura, un cubo circular en
el lado opuesto, y un contrafuerte río abajo para contrarrestar los empujes del
tajamar. Básicamente, los elementos reaprovechados fueron un pequeño arco y la
base del tajamar y del pilar.
El arco
preexistente, que aún se conserva, es rebajado y de pequeñas dimensiones, con
sus dovelas dispuestas a tizón, sobre el que Vandelvira proyectó un sobrearco
también a tizón. Junto a éste, todavía son perceptibles restos de seis hiladas
de las paredes del puente anterior, fácilmente reconocibles tanto por la
diferencia del color de la arenisca (más clara), como por el corte de la piedra
(de perfil más cúbico)”.
F20)
F21)
En la F20) se observa el
arco con sus dovelas
dispuestas a tizón, así como del sobrearco, también a tizón, y las hiladas de las paredes del puente
anterior, que aprovechara Vandelvira; también el contrafuerte que tenía el
puente aguas abajo y que más adelante detallaremos. En la F20) la vista es del
arco aguas arriba; se aprecia también el tajamar dispuesto en quilla de barco.
Detalle de su
construcción
Siguiendo
con lo publicado por Enrique Herrera y Juan Zapata en relación a los detalles
de su construcción, y apoyándonos en las fotografías de cómo se encuentra los
restos del puente, tenemos:
F22)
“El
puente tenía un
gran arco de medio punto con 25 metros de luz, hoy destruido, que
arrancaba de la base de los pilares, dispuesto con doble rosca de dovelas a
tizón para garantizar su seguridad, recurso que utilizó Vandelvira en los
puentes de Ariza y Mazuecos. Esta doble rosca se engarza en los pilares y
corría tangente a la calzada, lo que le permitía disponer de una gran ligereza
y solidez al mismo tiempo. En su conjunto, todos estos factores influyeron a la
hora de condicionar el perfil oblicuo del puente”
F23)
F24)
“El
tajamar, en forma de vértice, se apeaba sobre un basamento primitivo que lo
enlazaba con el pilar, incorporando una moldura lisa para marcar el inicio del
cerramiento. El cubo circular, que no alcanzaba la altura del tajamar, suponía
un buen recurso técnico para contrarrestar la altura de las paredes, una vez se
decidió elevarlas hasta lo alto de la peña. Aunque no se llegó a terminar su
remate, todavía se observan restos de las molduras cóncavas que lo decoraba”.
F25)
F26)
“Respecto al
contrafuerte, se caracteriza por contar con una base sólida de dimensiones
considerables que, para aligerarlo, se divide en cuatro cuerpos escalonados y
rematados con molduras y formas ataludadas, lo que contribuye a hacerlo más
esbelto y romper su pesadez”.
F27)
F28)
“Los sillares
empleados, de arenisca rojiza desbastados “a punta de gorrión”, se caracterizan por sus grandes
proporciones y dimensiones alargadas, con un lecho bastante amplio que
contrasta con los del puente primitivo, más altos y cúbicos”.
F29)
F30)
Antes
mencioné que con las fotografías de los restos del puente, se ha podido realizar los planos
constructivos, además de reconstruirlo
“virtualmente”.
Planos de ejecución
Si
viviera Andrés de Vandelvira y tuviera que diseñar el puente, utilizaría a
parte de su ingenio, los medios técnicos actuales de dibujo y modelado, dando
como resultado lo siguiente:
F31) Alzado
del puente aguas abajo
F32) Alzado
digitalizado del puente aguas abajo
F33) Alzado
digitalizado del puente aguas arriba
F34) Planta
F35) Planta
digitalizada del puente
F36) Perspectiva del puente aguas abajo desde la
ribera sur
Se aprecia en la recreación
el gran arco de medio punto de 25 mtrs Ø, el pequeño arco del primitivo puente
de 5,20 mtrs de Ø, ambos con sus dovelas; el tajamar en forma de quilla de barco en el
estribo sur y redondo en el estribo norte, así como el esbelto y armonioso contrafuerte;
la calzada empedrada con sus pretiles.
F37) Perspectiva del puente
aguas abajo desde la ribera norte
F38) Perspectiva del puente
aguas arriba desde la ribera sur
F39) Alzado del estribo sur. Se aprecia el tajamar
aguas arriba y el contrafuerte aguas abajo
F40) Alzado del estribo
norte. Se aprecia el tajamar redondo aguas arriba
Como resumen final vemos en las dos recreaciones que siguen, la obra terminada del maestro Andrés de Vandelvira:
F41) Vista
“virtual” del puente aguas abajo
F42) Vista
“virtual” del puente aguas arriba
Enrique Herrera y Juan Zapata terminan su estudio sobre el
puente con un texto que no necesita explicaciones:
“Pese a tratarse
de una obra en la que la funcionalidad predomina por encima de lo puramente estético,
Vandelvira fue capaz de conjugar la sencillez de la estructura con la potencia
de sus líneas arquitectónicas, dando como resultado una arquitectura de gran
belleza”.
Jaén, 23 de noviembre de
2017
Agradecimientos:
A María del Carmen Guirado de Dios por su desinteresada colaboración.
A Rosa Cruz por su trabajo de campo en la localización del puente y su aportación fotográfica, que ha hecho posible recrearlo virtualmente y ejecutar los planos constructivos.
Bibliografía:
Enrique Herrera Maldonado y Juan Zapata Alarcón de la Universidad de Castilla-La Mancha titulada “ANDRÉS DE VANDELVIRA EN LA MANCHA”
“RenaciminetodelSur, Jaén Renacimiento del Sur”
Recreación virtual:
Julian Ibañez Jimenez (Técnico superior en obra civil y edificación).
Fotos, textos, diapositiva y
maquetación: Miguel Mesa Molinos.