Situémonos en el siglo pasado, noviembre de 1930, voy con un grupo de pastores de La Matea, nos dirigimos a Sierra Morena por el camino de Pontones a Hornos con un hatajo de ovejas y una mula cargada con un pequeño hato para el camino, sin perros careas ni mastines (en aquel tiempo no se tenían). El camino que resta es duro y la noche se nos presenta muy cruda, por lo que pensamos en el frío que vamos a pasar.
En el camino nos encontramos con un paisano que va tirando de unas mulas cargadas con sacos de aceituna recién cogida y le pregunto: Maestro ¿a dónde caminamos?, a lo que me contesta, << A la almazara de Las Carmonas >> ¿Por dónde cae eso? << ¿Ves en el morro aquel cortijo que le llaman El Castellón? pues debajo está el cortijo de Las Carmonas y más abajo la almazara, junto al arroyo Montero>> y pensé que podría bajar a la almazara y pedir un poco de aceite recién exprimido para echarlo en un hoyo de pan que llevamos de La Matea y cenar con él esta noche, ¡qué seguro que nos lo dan! ¡Dicho y hecho!, pero ¡madre mía que “cuestarrón” tengo que bajar y después subir!
En la actualidad los pastores con sus hatos de ovejas siguen pasando por el mismo camino donde muchos años atrás era normal encontrarse con las reatas de mulas cargadas de aceituna que llevaban su carga a la almazara. Ahora ante mis ojos, el 25 de noviembre de 2020, después de bajar el “cuestarrón”, tengo la almazara de Las Carmonas, mejor dicho, lo que queda de ella.
De la almazara queda solamente el edificio…que albergaba la sala de molienda y el almacén de aceite, así como una habitación (hogar para el molinero) pero sin cubierta, que se ha caído encima de toda la maquinaria que se encuentra intacta. En el exterior quedan los trojes y la tolva de recogida del fruto.
Las ruinas de la almazara me producen una sensación de abandono y soledad, al mismo tiempo que, al ver donde está situada y la dificultad del terreno hasta llegar a ella, me hace pensar en la dureza del trabajo de aquellos hombres y mujeres que en el siglo pasado se dedicaban a recoger la aceituna.
Y después de haber bajado el “cuestarrón” no queda más remedio que volverlo a subir, pero lo hago con la satisfacción de haber conocido un pequeño resto de la historia de nuestra sierra.
En las fotografías 03) al 05), se puede apreciar la maquinaria: Prensa, molino, caja de bombas... bajo los escombros de la cubierta de teja árabe que se ha derrumbado por el paso del tiempo y la falta de conservación.
2.1. El cortijo de “Las Carmonas”
07_ Vista del cortijo de “Las Carmonas” en la actualidad.
En la actualidad, del cortijo solamente queda el solar y algunas de sus paredes en pie junto a los corrales construidos en piedra seca para los animales: ovejas, cabras, gallinas… que servían de sustento para las familias (leche, huevos, lana, carne...)
Nos encontramos en plena recogida de la aceituna en un olivar próximo al cortijo. Las mujeres se encargan de recoger en pequeñas espuertas de pleita la aceituna que se ha caído al suelo por la acción de los vareadores, trabajo este reservado en exclusiva para ellas. Luego las espuertas se volcarán en los sacos, o capachos de pleita o mimbre, para transportarlos en lomos de caballerías a la almazara, aunque previamente se ha limpiado la aceituna en una criba de hojas, tallos, piedras, barro pegado al fruto, tierra….
09_ El paisano de “mis sueños”, camino de la almazara.
(foto: Jaén en Blanco y Negro)
10_ Limpiando en la criba la
aceituna de piedras, hojas, tierra….
(foto: Jaén en Blanco y Negro)
Aquí
me voy a tomar la libertad de contar una vivencia mía en relación con la “criba”, elemento este que viene del
tiempo de los romanos, que fueron los que introdujeron la plantación de olivos
en nuestras tierras, aunque su origen viene de los fenicios.
Con dieciocho años había terminado la carrera
de Ingeniero Técnico y me encargaron mi primer trabajo: Demostrar en el juzgado
que un herrero de un pueblo le había copiado a otro, mi cliente, este de Belmez
de la Moraleda, una criba para la limpieza de la aceituna que él fabricaba (la
tenía comercializada a 4.000 pts., y el otro la vendía a 3.500 pts.), basándose
en el hecho de que la tenía ¡patentada!, se la estaba copiando “literalmente”,
y para más “inri” la vendía más barata. Pues bien, cuando me buscaron para el
trabajo en cuestión, me quedé perplejo, pues pensé ¿Cómo había podido patentar
una criba que la había inventado los romanos?, aunque sí que era verdad que la
tenía registrada como suya en la Oficina
Española de Patentes y Marcas (OEPM).
Dice
por ahí un refrán que “el más tonto hace relojes de madera y encima le
funcionan”, y es que cuando hay necesidad, el ingenio se agudiza y de ¡qué
manera!
La patente en cuestión la había basado en lo siguiente: En vez de utilizar alambres de acero paralelos entre sí, separados y situados en un plano inclinado por donde desciende la aceituna separándose las hojas, piedras, tierras…según su tamaño, estos (los alambres), los había cambiado por tubos de cuadradillo hueco de pequeña sección dispuestos de igual forma, pero de tal manera que presentaban a la aceituna uno de sus vértices, y como tenía cuatro, según se fueran desgastando, se podía cambiar el vértice desgastado por otro nuevo, con tan solo aflojar dos tornillos de una pletina...¡de nota!
11_Detalle del plano inclinado de la criba (patentado)
Al final demostré técnicamente el plagio y
ganó el juicio mi cliente.
2.4.
El proceso industrial
para la obtención del aceite en la almazara de “Las Carmonas”
Almazara
es una palabra que proviene del árabe y significa "lugar donde se
exprime". El arte milenario de extraer el aceite de la fruta del olivo ha
sufrido apenas evolución desde que comenzaran a hacerlo los fenicios. No
obstante, nuestra almazara cuenta con una serie de avances mecánicos, que
facilitan las tareas, propios de la etapa industrial en la que se construyó.
Antes
de describir el proceso de producción del aceite de una manera más detallada,
lo haremos de forma sucinta, recordando cómo sería en nuestro caso.
1. Del
troje a la tolva
Como estamos situados en los años 30
del siglo pasado, las aceitunas, tal como ya hemos descrito, eran acarreadas
por mulas desde los olivares tras su recolección. En el patio de la almazara se
recibía la aceituna y se vertían en una especie de corral llamado “troje”. Cada
olivarero tenía uno asignado a dónde iba vertiendo la aceituna según la
recogía. En el troje se juntaba, tanto la aceituna que se recogía al vuelo,
como la que se caía al suelo cuando la vareaban los hombres. La aceituna en
nuestro caso, cuando llegaba a la almazara ya venía limpia del campo.
2. La
molienda
El
siguiente paso era el de la molienda. Una vez pesada la aceituna en el exterior
mediante la tradicional “romana”, se vertía mediante canastos de mimbre o
pleita, desde el troje a la tolva, que se encontraba anexa a la pared de la
sala de moliendas, y ésta, a través de un sinfín, la vertía en el empiedro del
molino que tenía tres rulos. El continuo girar de los rulos trituraba el fruto
con objeto de facilitar la salida y separación del aceite que contiene, y de
allí se trasladaba a la termobatidora.
3. La
termobatidora
Este
proceso era muy importante a la hora de obtener el máximo rendimiento del
aceite, pues batir la masa triturada de la aceituna y a la vez dar una
temperatura óptima (unos 30ºC), facilitaba en gran manera obtener todavía más
aceite de la prensada.
En
nuestro caso la pasta o masa se calentaba, remolía y batía mediante un rodillo
vertical con lo que se conseguía una homogeneización mayor y mejor distribución
de ésta en los capachos, y seguidamente se aplicaba calor a la masa por medio
de circulación de agua a través de una recámara envuelta. Había que tener
cuidado de no calentar demasiado la masa, ya que las altas temperaturas –
superiores a los 40º C- unidas a la fricción de las palas de hierro, producía
más oxidación y, por tanto, el aceite tendría un poco más de acidez.
El
agua de la termobatidora se calentaba en una caldera o estufa de leña dotada de
un depósito metálico de expansión, un circuito hidráulico y un sistema de recirculación
de agua mediante un grupo de bombeo.
4. La
prensa
La
masa obtenida de la molienda pasaba a la prensa donde se iban colocando
capachos, alfombras circulares de esparto con un agujero en el centro. Sobre
cada uno se distribuía la aceituna molida y se cubría por otro capacho. De
forma que quedasen apilados formando una columna. El siguiente paso era
escaldar con agua hirviendo y prensar los capachos.
5. La
caja de bombas
La fuerza necesaria para el prensado de los
capachos se consigue mediante una máquina denominada “cajas de bombas”, que
metía la presión necesaria a la prensa.
6. El
aceite y el orujo
Una
vez prensada la aceituna, se recoge por un lado el orujo bastante seco y por
otro una mezcla de aceite y agua. La parte líquida es albergada en pozuelos de
decantación donde se separan el aceite del agua dejándolo reposar. El aceite
limpio flotará encima del agua y de las partículas sólidas, por su menor
densidad. Una vez que se obtenía el aceite había que almacenarlo en bidones de
acero diseñados al efecto para su posterior distribución y venta.
7. La arquitectura de la almazara
En nuestro caso la arquitectura de la almazara es bien sencilla. Una sala
amplia dividida en dos partes, una para la molienda donde se sitúa la turbina,
el molino, la termobatidora con su caldera, la prensa y la caja de bombas, así
como el árbol de poleas, y otra parte dedicada al almacenaje del aceite en
bidones metálicos de unos 500 litros de capacidad y colocados en posición
vertical y apoyados en el pavimento.
8. Esquemas
En los esquemas siguientes, queda reflejada la maquinaria y el proceso de fabricación descrito de forma sucinta.
En
el punto anterior hemos descrito de manera sucinta el proceso de fabricación y
la maquinaría instalada, ahora entraremos en el detalle de la misma, especificando
sus características y modo de trabajo, así como el sistema de producción de
energía limpia que movía todo el proceso de fabricación.
3.1. La producción de energía limpia y renovable: La turbina.
A mi entender la ubicación de la almazara no es por casualidad, sino que, al diseñarla, el factor más importante para tomar esa decisión es ver con la fuerza motriz que se cuenta para accionar toda la maquinaria: tolva, molino, prensa, termobatidora…
En mi visita a la almazara observé que desde el exterior (ladera opuesta) entraba a la sala de molienda una tubería de acero s/s de 6” Ø con bridas de acoplamiento, cruzando el arroyo Montero sobre dos pilares de piedra de toba. Esta tubería se acoplaba a una turbina, justo debajo del árbol de poleas que movía toda la maquinaria de la sala. La turbina en cuestión, tenía el mecanismo de regulación del movimiento de los álabes, y parte de estos, pero le faltaba la parte fundamental, es decir el mecanismo para la transformación de la energía potencial del agua que le entra por la tubería, en energía cinética para el accionamiento p.e.j. de un volante de fuerza.
Mi primera idea fue que le faltaba el generador de corriente alterna con su excitatriz, y que al ser de cobre lo habían robado para venderlo como chatarra. Este generador además de producir energía eléctrica, p.e.j., para el alumbrado de la almazara, llevaría además acoplado un volante de inercia que movería el árbol de poleas, idea esta que rechacé, pues no había ninguna evidencia de cableados, aisladores en las paredes, cuadro eléctrico, etc.
Mi segunda idea, y creo que es la correcta, sería que la turbina llevaría acoplada un volante de inercia, así como una válvula de compuerta de regulación de caudal en el colector de entrada, y a través de una correa movería todo el árbol de poleas, este a su vez a la maquinaria, tal como hemos reflejado en los esquemas anteriores. 17_Detalle del posible volante de fuerza de la turbina. Al hablar de la turbina en el punto anterior, decíamos que la ubicación de la almazara no era al azar, sino que había un factor importante: La fuerza motriz con la que se cuenta para accionar toda la maquinaria. Esta fuerza motriz, que sería la que accionaría la turbina, se consigue con la energía potencial que tiene un caudal de agua conducido a través de una tubería en función del desnivel existente entre el punto de salida (toma de agua) y de la entrada (turbina), es decir, la “altura manométrica” (m.a.m.), expresada en metros o atmósferas de presión (10 m.a.m. = 1 Atmosfera).
16_ Detalle de los mecanismos
de regulación de la turbina.
3.1.1. El canal de abastecimiento de agua a la turbina.
19_Canal de alimentación de agua a la turbina.
En
nuestro caso esta conducción de agua tiene dos tramos:
- El
primero, en canal abierta, con una longitud de 373 metros y una pendiente de
1%, entre la toma de agua (azud) en el arroyo Montero (cota+880), y la llegada
a un aljibe frente a la almazara (cota+873).
- El
segundo tramo, en una conducción de agua forzada a través de una tubería de
acero sin soldadura de 6” Ø, con una longitud de 73 metros y un desnivel de 26
m.a.m. (desde la cota+873 a la cota+852), es decir a la turbina entra un caudal
de 35 litros/segundo a una presión de 2,1 atmósferas.
3.1.2. Datos técnicos de la turbina y conducción de agua forzada.
A
la vista de los dos apartados anteriores, y según detalle pormenorizado en la
tabla anexa de cálculo que se adjunta, la turbina tendría una potencia de 6,75
KW (8.45 KVA), y un caudal de 35 litros/segundo a 2,1 atmósferas de presión.
21_ Cálculo de la turbina.
3.2.
La molienda.
Anteriormente hemos dicho: “… Una vez pesada la aceituna en el exterior mediante la tradicional “romana”, se vertía mediante canastos de mimbre o pleita, desde el troje a la tolva, que se encontraba anexa a la pared de la sala de moliendas, y ésta, a través de un sinfín, la vertía en el empiedro del molino que tenía tres rulos. El continuo girar de los rulos trituraba el fruto con objeto de facilitar la salida y separación del aceite que contiene, y de allí se trasladaba a la termobatidora…”
23_ Vista del alzado del
molino.
24_ Detalles del molino.
El
siguiente paso en nuestro proceso de fabricación es prensar la masa o pasta que
hemos obtenido del molino para sacarle el máximo aceite posible, pero antes hay
un paso previo, que es calentar la pasta de aceituna en una termobatidora, paso
intermedio entre la molienda y el prensado que vamos a describir de formar
detallada.
Tras
la obtención de la pasta de molienda, ésta es batida para aglutinar todas las
gotas de aceite dispersas por la pasta para facilitar su posterior separación
de la parte acuosa y la parte sólida. Esta operación se realiza mediante una termobatidora
metálica con calefacción circular y de fondo, revestida interiormente de
losillas vidriadas refractarías, que bate lentamente la pasta uniendo de esta
manera las gotas de aceite. Durante este proceso hay un control de temperatura,
para que ésta no supere en ningún momento los 30ºC, ya que podría suponer la
pérdida aromática del aceite, además esta etapa no debe ser muy larga para no
favorecer el proceso de oxidación.
Para calentar el agua que circula por la doble pared de la termobatidora se emplea una caldera de hierro fundido que utiliza como combustible leña u orujillo, subproducto que se obtiene como residuo cuando se prensa la pasta de aceituna.
Al margen de la caldera para producir agua caliente para la termobatidora, existe otra ubicada en la sala del almacén del aceite. Esta caldera de fundición, que utiliza también combustible de leña u orujillo, se emplea para obtener agua caliente sanitaria (ACS), y agua para la calefacción a través de unos radiadores de fundición colocados en las paredes de la almazara y que calefactan el recinto; no hay que olvidar que nos encontramos en plena Sierra de Segura, a una cota de unos 1000 metros, y en invierno el frío arrecia.
Como en “Las Carmonas” tan solo se puede ver parte de la caldera, en la fotografía siguiente hemos puesto una vista de la instalación análoga que existía en una almazara relativamente próxima denominada de “La Cerrada”, ubicada cerca de La Platera, pedanía de Hornos.
29_ Caldera
para producir ACS y de calefacción para radiadores.
3.3.2. Datos técnicos de la termobatidora y caldera de agua caliente.
A la vista de los dos apartados anteriores, y según detalle pormenorizado en la tabla anexa de cálculo que se adjunta, la termobatidora tendría capacidad para tratar unos 332 kgrs de pasta de aceituna (que se obtendrían de moler 6 sacos de aceituna de unos 50 kgrs), a una temperatura entre 20º-30ºC, y la caldera una potencia de 8.72 kw/h uno 7500 Kc.
30_ Cálculos
de producción de pasta de masa de aceituna a 20º-30º C en una termobatidora de
0.40 m3 de capacidad.
31_ Cálculos
de producción de 0,5 m3 de agua caliente a 30ºC de una caldera.
Como
resumen, hemos visto a lo largo de los puntos anteriores como seis sacos de
aceituna limpia, unos 300 kgrs, que proceden de los trojes, se vierten manualmente
en una tolva, y a través de un sinfín a un empiedro, donde tres rulos los muelen
obteniendo unos 0.335 m3 de masa o pasta de aceituna. Esta pasta nuevamente se vierte
también de forma manual en una termobatidora, que la bate y la calienta a unos
30ºC por mediación de agua caliente que produce una caldera alimentada con leña
u orujillo.
El
siguiente paso en el proceso de fabricación es obtener aceite de la masa que ya
tenemos en condiciones óptimas. De
nuevo, y manualmente, la masa obtenida pasa a la prensa. En la prensa se van
colocando capachos, que son alfombras circulares de esparto con un agujero en
el centro, sobre los que se distribuye la aceituna molida con unos 3
centímetros de espesor, y se cubre por otro capacho, de forma que quedan
apilados formando una columna.
32_ Vista de la prensa debajo de los escombros de la cubierta.
33_ Modelos de prensas análogas a la existente en la almazara.
Aunque se detalla de forma pormenorizada las características de la prensa, los capachos, aceite que se obtiene… en la tabla anexa de cálculo que se adjunta, describimos aquí los más importantes a modo de resumen:
- La prensa tiene unas dimensiones de 1x1x2(H) mts, equipada con un cilindro de 1,5 mts (H) y 25 cms de Ø y dotado de 30 capachos de 70 cms de Ø.
- La pasta de aceituna que se vierte en los capachos tiene una densidad de 1.100 k/m3, que al prensarse dan: 23% de aceite, 55% de agua, 10% de hueso y 12% de tejido + pulpa.
-
Los capachos son de esparto con un Ø de 70
cms y un orificio central de 25 cms y de 2,5 cms de espesor. Cubriendo cada uno
con unos 3 cms de pasta de aceituna molida.
En cada “carga” en la prensa obtendríamos:
-
69 kgrs de aceite
-
30 kgrs de hueso (orujo)
- 36 kgrs de pulpa + 165 litros de agua (alpechín)
35_ Cálculo del prensado.
3.3.3.2. La “caja de bombas hidráulicas”
La prensa necesita un elemento externo para que cumpla su misión: La caja de bombas hidráulica. Este elemento es el que hace que el pistón de la prensa con los capachos ascienda y comprima la masa o pasta de aceituna que previamente se ha vertido en estos.
Para entender el funcionamiento “prensa – caja de bombas”,
hay que ir al “Principio de Pascal”. En la tabla anexa se explica de una manera
pormenorizada el detalle del cálculo que da como resultado una caja de bombas
que es capaz de prensar los 300 kgrs de aceituna transformada en pasta a una
presión de 400 atmósferas o bares.
36_ Caja de
bombas hidráulica existente en la almazara.
37_ Diversos modelos de caja de bombas hidráulicas análogas.
Una
vez prensada la aceituna, se recoge por un lado el orujo (hueso de la aceituna)
bastante seco, y por otro una mezcla de aceite y agua con un residuo vegetal
muy diluido (alpechín).
La
parte líquida se albergaba en pozuelos de decantación donde se separaba el
aceite del agua con la masa vegetal dejándolo reposar. El aceite limpio flotaba
encima del agua y de las partículas sólidas, por su menor densidad. Este se
almacenaba en bidones de acero diseñados al efecto para su posterior
distribución y venta.
Es de suponer que para el trasvase del aceite desde los pozuelos a los bidones se haría mediante una bomba hidráulica manual. El agua con los residuos vegetales se vertía al arroyo Montero con la contaminación que suponía, y el hueso (orujo) se desecaba en eras cercanas a la almazara y se utilizaba como combustible para las calderas e incluso abono para los hortales, olivos, etc.
40_Detalle de los bidones de almacén del aceite en la almazara.
Al
inicio de esta publicación decía que iba caminando de “verea” sobre los años 30
del pasado siglo hacia Sierra Morena por el camino de Pontones a Hornos, y que
me acerqué a una almazara a pedir un poco de aceite recién exprimido para cenar
con mis compañeros, aunque en realidad lo que estaba describiendo era una
ensoñación que me llevaba ante las ruinas de una almazara con más de 100 años
de antigüedad, a la que los propios del lugar le dicen de “Las Carmonas”
He tratado de documentarme a fondo sobre esta
verdadera industria, lo que he plasmado a lo largo de estos puntos que he ido
desarrollando, llegando ya a su fin, no sé si lo habré conseguido, no obstante,
está abierto este estudio a cualquier aportación que se quiera hacer sobre el
tema y que lo enriquezca.
Como
el fin primordial es conseguir que este verdadero hito no se pierda, este
edificio debidamente restaurado sería por una parte un acicate turístico de
primera línea para el municipio de Santiago – Pontones, la Sierra de Segura y
el Parque Natural, además de una magnífica aula sobre sostenibilidad, medio
ambiente, energías limpias…tan en boga ahora, además de recordar la forma de
vivir de generaciones no tan lejanas.
Para
ponerlo en valor, habría que confeccionar un estudio pormenorizado de los
trabajos que se podrían llevar a cabo, en donde se recogería, además de las
actuaciones, una valoración económica de estas.
No
obstante y como actuación inmediata, con el fin de que no se deteriore más de
lo que está, se podría proceder a la retirada de todos los escombros que se
encuentran en la sala de molienda dejando la maquinaria al descubierto,
procediendo a la protección de esta con materiales tales como lonas, lienzos… y
a la colocación de herrajes provisionales en huecos de ventanas y puertas para
evitar la entrada de extraños, junto al afianzamiento de paramentos…teniendo de
esta manera una visión más real del estado de la maquinaría y de la obra
civil, y así poder proyectar de una
manera más exacta las actuaciones que se deberían llevar a cabo y la valoración
de las mismas.
En
fin, soñar es gratis, y ya que hemos empezado esperemos llegar a buen fin, al
menos no me quedará en la conciencia no haberlo intentado. He visto en pueblos
que tienen en valor “hitos” que en comparación con esta almazara no valen “un
duro”, pero los tienen como dicen los mi pueblo “níquel”, vendiendo el producto
como algo maravilloso de cara a sus paisanos y del turismo...
Segura
de la Sierra, 14 de agosto 2021
- Agradecer a D. José Miguel Llopis Alguacil, médico del SAS en Santiago-Pontones, por enseñarme la almazara.
- A D. Ramón Mellina de Beas de Segura, que gracias a él pude descubrir la existencia de este hito industrial en plena Sierra de Segura.
- A Dña. María del Carmen Guirado de Dios por su estimable ayuda en la confección del trabajo.
- Museo al aire libre de la Estación de Luque (Córdoba).
Bibliografía:
- “Jaén en Blanco y Negro” de los autores: José López Murillo - Isidoro Lara Martín Portugués - Manuel López.
- Textos, fotos, diapositivas, anexos de cálculos y maquetación: Miguel Mesa Molinos.
- Autor: Miguel Mesa Molinos, Ingeniero Técnico Industrial, colegiado 179 del COITI de Jaén.
Creo que te dije en cierta ocasión que intenté en varias ocasiones acceder hasta esta almazara , sin éxito. Y ahora gracias a tu excelente trbajo debería dejarlo pero no, ahora el interés es mucho mayor. No sé cómo lo consigues, pero hacer latir de nuevo la vieja maquinaria no está al alcance de todos. Un logro maravilloso. Gracias.
ResponderEliminarBuenos días amiga Rosa La verdad que visitar la almazara no deja indiferente a nadie, además de su entorno...el cortijo de las Carmonas, El Castellon, una gran alberca que tenían para recoger agua y así regar los hortales, escuchar el silencio roto por el caudal del arroyo Montero… ¿Qué historias no se habrán vivido allí?
EliminarSobre la maquinaría siempre pienso la imaginación junto al esfuerzo de esas personas que con unos medios rudimentarios fueron capaces de hacer lo que ahora contemplamos. Ojala no se pierda.
Gracias por tu comentario y un abrazo.
No se como te las apañas señor Miguel pero a todos los palos que tocas tienes éxito bonito texto sobre esta almazara, el otro día me acordé mucho de ti cuando vimos el ganado por la Castellana de Madrid, que tal sigue ese hombro?
ResponderEliminarMi enhorabuena Miguel por estos ratos que nos das de lectura un abrazo.
Buenos días Paqui, el hombro va ahí recuperándose lentamente, este año, vamos el mes que viene, no podré ir con mis jefes de verea, la haré d.m. “virtualmente” como en plena pandemia del pasado año…Me alegro que disfrutes con la lectura. Por cierto ya tengo una “resma”, más bien una “cremallera”, para enseñar...Un fuerte abrazo de tu amigo Miguel.
EliminarQue grande eres Miguel!!!, pedazo de estudio y que gran reportaje amigo.
ResponderEliminarPosiblemente llegara un día que ese molino no llegue a ser ni un montón de escombros, pero tu trabajo a arrancado las máquinas que llevan casi 100 años parada y que no quede en el olvido como tanta historia de nuestra sierra
Gracias Miguel por tu dedicación a que nuestras raíces sigan vivas.
Y gracias por el agradecimiento.
Amigo Ramón, este trabajo se inicia con tu descubriendo de la almazara, así que formas parte de él. Un abrazo y gracias por tus elogios. Tu amigo Miguel.
EliminarExtraordinario trabajo. En el Campo de Montiel, la criba para la aceituna se llama zaranda. Un saludo. Agustín Blanco.
ResponderEliminarGracias Agustín por tu comentario. Mi experiencia con la criba nunca se me olvidará. Un abrazo.
EliminarExtraordinario trabajo. En el Campo de Montiel, la criba para la aceituna se llama zaranda. Un saludo. Agustín Blanco.
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