Introducción.
Desde el año 2016 venimos
denunciando el desastroso estado en que se encuentran algunos tramos de la “verea
circular”, tanto en la “verea de abajo” o de invierno, por donde pasan los ganaderos trashumantes
camino de las dehesas de Sierra Morena, o de la “verea de arriba”, o de primavera,
cuando regresan a las cumbres de Santiago – Pontones.
Las vereas se encuentran
invadidas por cantidad de residuos que gente desaprensiva tira en ellas sin
pensar el daño que hace no solo al paisaje sino a los rebaños y pastores que
utilizan esas vías para mover su ganado en épocas de trashumancia.
Ejemplos de estos
vertidos son los residuos de materiales de construcción y escombros en la
cañada a su paso por el término municipal de Sabiote, o los restos de residuos
vegetales, mallas de alambre, piedras como carros, etc. en la Cuesta de los
Pozos del término municipal de Beas de Segura.
Al parecer el estado de
las cañadas y vereas no le importa a nadie excepto a los ganaderos trashumantes
que son los que sufren esta dejadez y
que por mucho que se quejen poco caso les hacen.
01_Estado
de la cañada a su paso por el TM de Sabiote (1)
02_Estado
de la cañada a su paso por el TM de Sabiote (2)
03_Estado
de la cañada a su paso por el TM de Sabiote (3)
04_Estado
de la cañada a su paso por la Cuesta de los Pozos (1)
05_Estado
de la cañada a su paso por la Cuesta de los Pozos (2)
Os preguntareis a que viene
esta introducción, con el título tan rimbombante del <<El Honrado Concejo de la Mesta, después de ocho siglos>>, pues es bien fácil a mi entender, por una
parte tratar de explicar cómo nació una actividad tan antigua como es la trashumancia,
declarada como “Manifestación representativa del
Patrimonio Cultural Inmaterial”, y por otro denunciar el desamparo que sufre en la
actualidad, aunque es verdad que algunas administraciones, p.e.j. Diputación de Jaén, la apoya dentro de sus
posibilidades.
Un
poco de historia.
Mi historia la sitúo en pleno Campo de Montiel en la
provincia de Ciudad Real, lindando con la Sierra de Segura. Nos podemos
preguntar qué relación tiene el Campo de Montiel con la trashumancia de Jaén, o
con las poblaciones por donde discurre ésta, tales como: Santiago-Pontones,
Hornos, Segura de la Sierra, Beas de Segura, Chiclana de Segura, Castellar,
Santisteban…, pues bien, hay tres
motivos que unen a este territorio con las rutas trashumantes de Jaén: “El Honrado
Concejo de la Mesta”, “la Orden de Santiago y Jorge Manrique” y “Santa Teresa
de Jesús”.
El Honrado
Concejo de la Mesta.
El Honrado Concejo
de la Mesta fue creado en 1273 por Alfonso X el Sabio, reuniendo
a todos los pastores de León y de Castilla en una
asociación ibérica y otorgándoles importantes prerrogativas y privilegios tales
como eximirlos del servicio militar y de testificar en los juicios,
derechos de paso y pastoreo, etc.
06_ Facsímil: Cuaderno de Leyes y Privilegios
del Honrado Concejo de la Mesta (Museo Comarcal de Daimiel)
En el libro: “Torre de
Juan Abad en su historia, la huella de Quevedo”, su autor Juan Jiménez
Ballesta, escribe al respecto: “… Ya en el
siglo XIV el Honrado Concejo se hallaba sólidamente constituido por sus Alcaldes
y Juntas libres. Con anterioridad, Alfonso X el Sabio, con la concesión de
privilegios al Concejo, tuvo como objetivo básico facilitar la trashumancia,
defender los rebaños contra sus constantes perseguidores, favorecer a los
pastores con ciertas franquicias y evitar las infinitas gabelas que les
imponían los señores poderosos cuando cruzaban las cañadas. Pero si alguno de
los diecinueve privilegios concedidos por Alfonso X nos resulta censurable es
el decimoctavo; una orden mediante la que para reintegrar a los pastores de los
agravios que se les hiciesen, se ordenaba a los alcaldes entregadores que
obligaran a los cinco vecinos más ricos de los pueblos a comprar los bienes
raíces de los delincuentes.
El que la economía castellana se basase en la ganadería
trashumante obligaba al libre desplazamiento de quienes la practicaban en busca
de pastos, tanto en la temporada de invierno como en la de verano. Mientras
estos desplazamientos se realizaban en tierras abandonadas ningún problema
surgió, pero cuando, ya a partir del siglo XI principalmente, en el XIII, las
zonas antes abandonadas fueron ocupadas
por agricultores los problemas surgieron de manera efectiva. Las tierras
del entorno de la villa de la Torre de Juan Abad, así como las de Extremadura, fueron
ocupadas por agricultores, sedentarios; asimismo, los Concejos se hicieron
fuertes y vieron aparecer, con profundo desagrado a los ganaderos trashumantes
que buscaban en estas tierras los pastos, precisamente invernales. Las rutas de
trashumancia, lo que más tarde se denominarán cañadas, habían sido libres para
estos ganaderos que, sin embargo, ahora
debían pasar por zonas ocupadas por
agricultores. En razón de ello comenzaron las intransigencias, los
enfrentamientos y los abusos
protagonizados por ambas partes. En el caso de los ganaderos, el abuso
surgía en muchos casos al negarse a pagar la mínima compensación a los
agricultores por la ocupación de las
tierras de pastos; y en el de los agricultores, exigiendo en muchos casos, como
fue habitual en las tierras de las Ordenes Militares, el pago, como derecho de
portazgo de dos vacas por cada mil, dos carneros por cada mil ovejas y dos
cerdos por cada mil…”.
Como se
desprende de lo anterior, El Campo de Montiel desde el siglo XIII ya tenía relación con la
trashumancia que se efectuaba desde las tierras de Castilla y León a Sierra
Morena, atravesándolo numerosas cañadas, cordeles y veredas, siendo la más
importante la “Cañada Real de los Serranos” que tenía su origen en tierras de
Cuenca y que finaliza en Sierra Morena
en el Parque Natural de Despeñaperros,
en concreto en la zona de Montizón
- Aldea Quemada.
07_ Cañada Real Conquense y Verea de los Serranos en el Campo de Montiel (CR)
La Vía de Aníbal o la Cañada Real de Andalucía.
Antes nos
preguntábamos qué relación podía tener el Campo de Montiel con la trashumancia
de Jaén. En el esquema siguiente se ve la traza de La Vía de
Aníbal o la Cañada Real de Andalucía, que
partiendo de la ciudad íbero romana de Cástulo en Linares, llega hasta
Cartagena vía Albacete, atravesando la parte sureste del Campo de Montiel.
08_ Trazado de la Vía de Aníbal en el Campo de Montiel
09_Mural en Puebla del Príncipe (Campo de
Montiel) por donde discurre la Cañada Real de Andalucía (Autor: Julián Luís
Medina)
Esta vía pasa próxima a pueblos tales
como: Puebla del Príncipe, Terrinches, Albaladejo o Villanueva de la Fuente,
quedando aún hoy vestigios de esta importante calzada romana, de la cual partía
otra denominada el Camino de los Cartagineses, que seguía por el Condado
(Jaén): Santisteban, Castellar, la Cueva de la Lobera (Santuario íbero),
Chiclana de Segura, atravesando el río Guadalimar por el puente Mocho, Beas de
Segura, Catena, Segura, Pontones, Santiago de la Espada, la Puebla de Don
Fabrique a conectar cerca de Baza, con la Vía Augusta, que venía desde Jaén y
terminar en Cartagena. En la actualidad los hatos trashumantes de la Sierra de
Segura en las vereas de invierno y primavera, utilizan el trazado del
“Camino de los Cartagineses” desde las cumbres de Santiago hasta Santisteban
del Puerto, después de casi ¡2.000 mil años!
10_ El hato próximo a Camporredondo en la verea
de abajo
Conclusión.
Las cañadas y vereas por
donde se mueven los pastores con su ganado en períodos de trashumancia tienen
800 años de historia, a lo largo de estos años, aunque con muchas dificultades,
se han venido respetando. Han desaparecido muchos tramos por la expansión de
pueblos y ciudades, por la privatización de terrenos y la construcción de casas
y carreteras pero todavía quedan valientes ganaderos que dos veces al año hacen
los caminos de ida y vuelta con sus rebaños buscando buena temperatura y buenos
pastos para los mismos.
La verea es un trabajo
duro pero beneficioso para el ganado, para el campo y las personas. La verea
mantiene el campo vivo; el ganado se alimenta de pasto fresco a temperaturas
adecuadas; a lo largo del camino se abona de forma natural el suelo por donde pasan;
las crías nacen en buenas condiciones y los productos resultantes son de
excelente calidad, y lo más importante de todo, esta actividad mantiene el
campo poblado pues sin ella muchos de nuestros parajes estarían ya vacíos.
A pesar del esfuerzo que
supone el traslado de estos animales por estas vereas, el ganadero disfruta con
su trabajo y es capaz de soportar grandes sacrificios para preservar su ganado.
No solo por mantener viva
una tradición centenaria sino por algo ahora más en boga como es la
conservación del medio ambiente, autoridades y ciudadanía en general deberían
concienciarse de la importancia de estas vereas y mantenerlas en buen estado
para que los pastores con sus hatos las utilicen sin peligros ni dificultades
añadidas y todos podamos disfrutar de la estampa tan entrañable de ver las
rehalas de ovejas moviéndose por nuestros campos.
ANEXO: Museo
Comarcal de Daimiel
En el Museo
Comarcal de Daimiel (C.Real) existe una zona dedicada a la trashumancia, en la
que se destaca la importancia que tuvo y que aún tiene en este territorio, y
por ende en la provincia de Jaén, pues aún hoy rebaños trashumantes llegan
a través de la << Verea de los Serranos>> atravesando el Campo de
Montiel.
11_Expositor
Historias Tierras de ganado
12_Historias Tierras de ganado (1)
13_ Historias Tierras de ganado (2)
14_ Expositor sobre enseres de la trashumancia
15_ Detalle de enseres expositor (1)
16_ Detalle de enseres expositor (2)
Jaén, 12 de diciembre de 2021
Bibliografía.
*Museo
Comarcal de Daimiel (C. Real)
“Torre de
Juan Abad en su historia, la huella de Quevedo”,
(Autor: Juan Jiménez Ballesta).
Agradecimiento a:
Doña María
del Carmen Guirado de Dios, por su valiosa Colaboración.
*Fotos,
diapositivas, textos y maquetación: Miguel Mesa Molinos.