En mi estudio sobre los `Caminos del agua en alta a la ciudad de Jaén´, me he topado en el capítulo III – Regadíos - del libro: `Jaén desde sus obras públicas´ de D. José María Almendral (ICCP), con la existencia de una presa en el cauce del río Trujala muy cerca de la aldea de `El Porche´, en el TM de Segura de la Sierra, aunque el autor hace referencia de ella como la prensa de Rihornos, aldea también de Segura próxima al Porche.
Yo que llevo más de 35 años en Segura, jamás había oído hablar de ella, y por mucho que pregunté a mis vecinos, no me dieron norte de la misma. Pero seguí con la intención de saber su ubicación y por fin gracias a un amigo mío, Ramón Juárez, vecino de la preciosa aldea del Carrasco junto a la ribera del río Trujala, la localicé. Se encontraba (sus restos) en un paraje que se accede a través de un camino de tierra que parte de la almazara del Soto y que los vecinos de El Porche lo conocen como `El Pantano´ Ya solo quedaba ir a verla.
El río Trujala
El
río Trujala pertenece a la cuenca del Guadalquivir, nace a 1200 metros de
altitud al pie del monte Navalperal, en concreto en una oquedad existente en la
orilla de la carretera entre el cortijo de Lope y los Rollos, así conocen los lugareños
de Segura de la Sierra a la aldea de Los Arroyos en el TM de Orcera. Tras
recorrer 16 km con una pendiente media de 3.81%, desemboca en el río Guadalimar
a 590 metros de altitud.
02_Plano de situación nacimiento río Trujala.
Sus
principales afluentes son el río Orcera por la margen derecha y
el río Hornos por la izquierda.
Aunque
de escasa entidad, el Trujala tiene un caudal permanente, que en época de
lluvias, puede tener un carácter torrencial.
03_ Caseta de vigilancia de incendios en Navalperal (1646 m).
El
río Trujala al llegar a la altura de Segura de la Sierra, debajo de la Florida,
se encuentra con el arroyo de `Los Corazones´ en el paraje que los segureños
llaman `Romillan´. En este paraje se encuentran los restos de un viaducto y un
puente sobre el arroyo de Los Corazones que le llaman Romillan.
Junto
al puente Romillan existe un acueducto, obra de ingeniería hidráulica realizado
en fábrica de mampostería de piedra caliza del lugar y ligada con mortero de
cal, que servía para conducir el agua desde una toma `aguas arriba´ del arroyo
de Los Corazones, hasta las ruedas de un
molino próximo al lugar. Se puede
observar aún el canal en la coronación del muro, los contrafuertes y la traza
del caz en la ladera del monte. Sorprende al visitante, que el muro todavía
siga en pie.
07_ Detalles del acueducto paraje de Romillan.
Aguas
abajo, ya sobre el río Trujala, nos
encontramos con el Puente Moro. Emilio de la Cruz Aguilar en un artículo titulado
“Vías romanas en la Sierra de Segura” (Actas del II Congreso Internacional de
Caminería Hispánica. Tomo I, p. 65-70) apunta: “… El puente situado junto a la
"Cuesta del Arrecife", llamado reveladoramente, "Puente del
Moro", tiene una anchura total de 4 metros, de la que hay que deducir los
pretiles, sólo conservado el de aguas abajo que mide 34 cms. de anchura, su
longitud es aproximadamente de 21 mts. No teníamos medios para medir la luz del
único arco. El puente secundario próximo a él tiene 1'50 mts. No se advierten
restos de pretiles y tiene una longitud de unos 4'50 mts. Están a una altura de
725 m. sobre el nivel del mar…”
08_ Puente Moro sobre el cauce del río Trujala.
La
primera impresión nos lleva a preguntarnos acerca del origen romano o árabe de
los puentes de Romillan, Moro y del acueducto. Si fueran romanos, estaríamos
ante unos monumentos de más de 2000 años que continúan usándose como antes.
-
Apuntes de historia
Ante
la duda de si los puentes de Romillan y Moro son de la época romana o árabe,
transcribo parte de un artículo de don Emilio de la Cruz Aguilar (q.e.p.d.)
titulado “Vías romanas en la Sierra de Segura” (Actas del II Congreso
Internacional de Caminería Hispánica. Tomo I, p. 65-70) donde nos aclara
nuestra duda:
“[...] contemplando el mapa de España,
o, por precisar más, el de Hispania, aparecen dos puntos de singular
importancia y por motivos distintos: por un lado, el centro minero de Cástulo,
uno de los más famosos en el mundo antiguo y, por otro, el puerto de Cartagena,
del que no hace falta hablar. Si se traza, con una regla, una línea recta entre
ambos puntos, esa línea cruza la Sierra de Segura. En esa dirección aproximada
corre el llamado Camino de Aníbal y si considera la orografía así como esos
testimonios de caminos prerromanos que comunicaban Levante con el valle del
Guadalquivir, la deducción es que un camino ideal entre Cástulo, situado sobre
el Guadalimar, afluente del Guadalquivir y Cartagena, siguiendo esa dirección
que hemos indicado, buscaría cruzar la divisoria de aguas para comunicar los
valles del Guadalquivir y del Segura, y a los mares respectivos, separados por
una distancia muy corta en proyección vertical, por lo cual superando la
divisoria de aguas se enlazan los valles de ambos ríos se solucionaba el
problema planteado. Esta característica se aprovechó, al menos desde la época
musulmana, para la explotación maderera de este macizo montañoso, mediante
conducciones fluviales que llegaron al Atlántico y al Mediterráneo. Hasta
ahora, esa comunicación estaba comprobada por la vía, plenamente identificada,
que desde Cartagena, tomando dirección SO, giraba luego a dirección E-O y
llegaba a Baza y Guadix, para doblar hacia el norte y llegar a Cástulo desde el
sur. Si contemplamos esa trayectoria, advertimos claramente que la vía da un
rodeo sobre todo en el trayecto entre Basti, Acci y Mentesa (Baza,
Guadix y La Guardia en Jaén). Porque,
repetimos, la línea recta imaginaria va más arriba. La reflexión teórica sobre
una vía ideal para comunicar ambos centros, fue sugerida por la presencia de
algunos puentes romanos en esa comarca de la Sierra de Segura en lugares
significativos congruentes con esa línea ideal que hemos trazado, separados por
una distancia muy corta y algún topónimo revelador que advertimos después. Con
este punto de arranque, se ha realizado una serie de exploraciones para
localizar vías que puedan ser romanas en esta Sierra. El resultado parece
confirmar la hipótesis ya que los restos encontrados están dispuestos en la
dirección adecuada para ello. Se localizan al menos tres puentes, dentro del
propio macizo, otro, fuera de él, por el que cruza la derivación de la vía
Augusta y tramos cuya apariencia es muy sugestiva…”
Volviendo de nuevo al libro de `Jaén desde sus obras públicas´
D. José María Almendral escribe:
“…La presa de Rihornos es testigo de excepción para juzgar la importancia que
los árabes daban a las obras hidráulicas, y un dato más para completar la
Historia de Segura.
Está situada sobre el río Trujala, en
la confluencia con el barranco de <<La Albuhera>>, nombre que en sí
añade la importante condición de tratarse de un embalse de regulación.
Las características de esta presa,
deducidas de sus ruinas, son: Tiene 11,40 m. de altura y 21,00 m. de longitud
de coronación. Cierra una angosta garganta que crearía un embalse de
aproximadamente 15 Ha.
El perfil robusto le dio una seguridad
tal que sólo se concibe su rotura por arrasamiento del estribo derecho, que
prácticamente ha desaparecido, así como el cuerpo central.
Está hecha de cal y canto preparado con mortero y cantos rodados de 20 cm de diámetro…”
En el texto se emplean expresiones tales como `El barranco de La Albuhera´, `Embalse de regulación´, `Hecha
de cal y canto preparado con mortero y cantos rodados´, `Angosta garganta que crearía un embalse´…
expresiones estas, junto a otras, que
trataremos de explicar de la mejor manera posible, sin dejar de lado ¿cómo se regulaba
el embalse para utilizar sus aguas en las vegas próximas? o cuándo el embalse
alcanzaba su cota máxima ¿cómo se aliviaba la lámina de agua?
Tal como se aprecia en el plano de situación, la presa
se ubica en la garganta que forman dos montículos a las cotas de nivel +774 m y +772 m, que Salvatierra y Gómez nombran
como la `Garganta del Ciervo´, lugar justo donde el arroyo de la Albuhera, que
discurre por el barranco del mismo nombre, se une al río Trujala. La cota de
nivel del cauce del río Trujala en ese punto es +698 metros.
El término `albuhera´, ya en desuso, significa según la RAE: “Depósito artificial de agua, como estanque o alberca”, lo que viene a ratificar, a mi entender, que los vecinos de la zona conozcan a este lugar por el nombre del `pantano´, expresión mal utilizada, pues el término `pantano´ se refiere a: “…terreno hundido de fondo más o menos cenagoso y abundante vegetación, donde las aguas se estancan de forma natural”, cuando deberían de utilizar la expresión de `embalse´ que significa:“… gran depósito que se forma artificialmente, por lo común cerrando la boca de un valle mediante un dique o presa, y en el que se almacenan las aguas de un río o arroyo, a fin de utilizarlas en el riego de terrenos…” como es nuestro caso.
Sobre
la superficie del embalse, J.M.
Almendrar, escribe: “… Crearía un embalse de aproximadamente 15 Ha”.
Creo particularmente que esta
superficie sería mayor, unas 27.50 Ha, basándome en lo siguiente:
a)
La cota de nivel del cauce del río Trujala
a pie de presa es de +693 m.
b)
La altura de la presa es de 11.40 metros,
es decir que la cota de nivel en la coronación de presa sería: 704.40 m.
c) En los embalses actuales existe el concepto de “cota máxima del embalse”, que supone dejar % de volumen de agua sin embalsar para seguridad de la máxima avenida. Este concepto en nuestro embalse seria la cota de nivel +700, quedando unos 5 m de altura de reserva hasta alcanzar la cota de coronación de presa.
En
la vista aérea de la zona, marcando la cota de nivel +700, que sería la cota optima del embalse,
tendríamos una superficie de 27.50 Ha y un perímetro de 3,70 km. He realizado
un cálculo del volumen aproximado de
agua que tendría el embalse a cota +700 y rondaría los 0,2 Hectómetros
cúbicos.
- Hecha de
cal y canto preparado con mortero y cantos rodados
Hemos
hablado de la presa, su ubicación, sus dimensiones, la superficie del embalse…
y nos quedaría saber con qué materiales estaba construida. No voy a entrar a
describir cómo la construyeron, pues creo que sería utilizando la técnica de cajones
con tapiales que bien conocían, y que irían subiendo el muro hasta la cota de
coronación de forma escalonada, según la
figura geométrica que se describe en la fotografía 09_ Alzado y secciones.
J.M.
Almendral, nos dice: “Hecha de cal y
canto preparado con mortero y cantos rodados” Esto es como decir utilizando un lenguaje
actual: un masa de hormigón y piedras. El hormigón como bien sabemos es
básicamente una mezcla, en proporciones adecuadas según la resistencia que
queramos obtener, de cemento, arena,
áridos y agua.
En
el siglo XII el cemento no existía como es lógico, utilizando la cal en su
lugar, que ligada con la arena y el
agua constituía el mortero con el que se asentaba el canto.
- La cal, la
arena y los cantos
Si
nos preguntan qué es la cal, por lo general nos vendría a la mente ese revestimiento de un color blanco que
reluce “más que el sol” con el que se blanqueaba, mejor dicho, se
`enjalbegaban´, los cortijos y el
caserío de los pueblos de nuestra Andalucía.
La cal es
un material de origen natural que procede de la piedra caliza
extraída en una cantera, que se tritura para su posterior
calcinación en hornos a una temperatura de 900ºC.
Los cantos rodados o guijarros (chinas o chinarros, cuando son de pequeño tamaño) son fragmentos de roca pulidos y sueltos, susceptibles de ser transportados por medios naturales, como las corrientes de agua, localizándolos en el lecho de los ríos, e incluso en determinados estratos geológicos.
Tan
solo a lo largo de mi vida profesional, viví en una ocasión la experiencia de
usar un mortero hecho a base de cal y arena. Fue para la restauración del muro
circundante del pilar de la Alameda anexo al convento de la Bernardas en Jaén.
La operación consistió en adquirir cal en piedra, partirla en trozo más pequeños
y verterla en un bidón metálico lleno de agua. Al día siguiente, tras más de 15
horas, se había desecho la cal
obteniendo una pasta que mezclada en proporciones adecuadas con arena y agua (un volumen de cal por dos o tres de arena) obtuvimos el mortero, usándolo para rejuntar
las piedras del muro. Se aprecia que la reparación efectuada al usar cal y no
cemento para el mortero, la masa tiene el mismo color marrón - ocre del
resto del muro.
Hay
que explicar que la cal en su proceso de absorción de CO2 del
ambiente (recarbonatación), produce un auto curado de las micros fisuras, previniéndolas, y además restringe la
eflorescencia, al evitar el paso del agua dentro de la superficie, lo que hace
que sea impermeable el mortero al agua.
Los otros materiales: arena y cantos rodados, los
obtendrían en el cauce del río, pero y
¿la cal?
A
unos 15 km de la presa, cerca de la población de Hornos, pero en el antiguo
término municipal de Pontones, hoy Santiago – Pontones, se encuentran las
aldeas de Las Azas y La Gracea y allí
existía una yesera, información que me vino dada por D. José Miguel Llopis,
médico y vecino de Pontones, que a su vez le informaron unos vecinos amigos
suyos. Por su riqueza y sencillez, quiero trascribir tal cual la información
que recibí al respecto:
- Creo que las piedras después de
cocidas las molían con una piedra de molino tirada por un burro.
Queda
para otra publicación, documentar esta “yesera”
- Diseño de la presa
Anteriormente nos hemos preguntado cómo se regularían las aguas del embalse para utilizarlas en el riego de las vegas próximas, o cómo se aliviaría la lámina de agua cuando el embalse alcanzaba su cota máxima. Las respuestas a estas preguntas con las técnicas constructivas de hoy en día serían fáciles. Con una tubería colocada en el fondo de la presa a una altura adecuada para evitar el arrastre de sedimentos, con su correspondiente rejilla y una válvula de compuerta en la parte exterior del muro que permitiera a voluntad el desagüe al cauce del río del agua almacenada, además de un aliviadero de obra de fábrica en la coronación de la presa, estaría resuelto el tema.
En nuestro caso, y a la vista de los restos del muro de
la presa, voy a hacer las siguientes suposiciones:
a) La presa sería de gravedad, es decir su peso soportaría el empuje de las aguas del embalse, además de estar sus estribos empotrados en las paredes de la garganta. Normalmente en este tipo de presa la dimensión de la base del muro es un 80% de la dimensión de la altura (en nuestro caso se cumple).
b) La cota máxima del embalse hemos dicho que estaría a +700 metros. En una inspección que he realizado de los terrenos colindantes que se inundarían, no he observado canales, desagües… por donde se pudiera `salir´ el agua embalsada, es decir, que una vez que el embalse se llenara, tan solo podría salir la lámina del agua por la coronación de la presa.
c) A la vista de los puntos anteriores y para que se mantuviera `constante´ el caudal del río, existiría a cierta altura del paramento vertical del muro un “agujero” o “mechinal” cuya sección limitaría el vertido del agua al cauce.
d) Como el río Trujala tiene un caudal permanente, aunque de escasa entidad, pero que en época de lluvias puede tener un carácter torrencial, el muro tendría justo en la cota de máximo nivel una serie de mechinales equipados con losas salientes de piedra a modo de `teja´, para que la lámina se vertiera al cauce del río sin dañar la pared exterior del muro.
En
resumen, con este sistema de desagüe y seguridad se mantendría siempre el caudal
constante del río, y si aumentara se embalsarían las aguas por acción del muro
de presa, y en caso de riadas aguas
arriba, se salvarían los hortales de la vega.
14_ Alzado
y perfil de la presa de gravedad.
16_
Vista aérea restos del muro de la presa.
17_ Vista
presa aguas abajo.
19_ Torres de Santa Catalina.
20_
Torre Sur de Santa Catalina.
21_
Ubicación castillos y torre defensivas en los valles de los ríos Trujala y
Guadalimar.
23_
Vista aérea Castillo del Cardete.
Jaén,
a 19 de febrero del 2022
Bibliografías:
- `Jaén desde sus obras públicas´ de José María Almendral (ICCP)
- “Vías romanas en la Sierra de Segura” (Actas del II Congreso Internacional de Caminería Hispánica) de Emilio de la Cruz Aguilar.
- `La Presa de la Garganta del Ciervo, S. XII (Segura de la Sierra, Jaén, España): Aportaciones a la ingeniería hidráulica Andalusí ´ de V. Salvatierra (UJA) y Fco. Gómez
- Textos, fotografías, diapositivas y maquetación: Miguel Mesa Molinos, Ingeniero Técnico Industrial.