En mis conversaciones con mis amigos los Carlillos a lo largo y ancho de esos caminos de Dios en las vereas de primavera, siempre sale a colación las fiestas patronales de La Matea dedicadas a la Virgen Milagrosa, a la que nos encomendamos al inicio de la verea para que nos acompañe en el camino de vuelta a casa, y que procesiona por la aldea de Las Nogueras el día 29 (festividad de San Pedro), y el 30, por Los Atascaderos y Los Teatinos.
En realidad la patrona de La Matea es Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, lo que me sorprendió la primera vez que lo escuché, pues creía que la patrona era la Virgen Milagrosa.
Sorprende, para uno que no es oriundo de La Matea, que sus vecinos estén unidos por tres personajes significativos: Santa Teresita del niño Jesús, La Virgen Milagrosa y San Pedro, intentando dentro de mis limitaciones entrar en ellos:
Yo
que he tenido la suerte de sentir el cariño de las madres carmelitas descalzas
del convento de San José en Jaén, en donde se venera una imagen de Santa
Teresita, para mis adentros pensé: ¡Buena
patrona tienen los de la Matea!
Imagen de Santa Teresita del niño Jesús y de la Santa Faz
- Carmelitas Descalzas –
Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, conocida también como Santa Teresa de Lisieux, virgen consagrada y Doctora de la Iglesia, tiene una biografía bien sencilla que se resume en pocas fechas: Nació en 1873. Con tan solo 15 años y con un permiso excepcional entra como carmelita descalza en el Carmelo de Lisieux (Francia). Cuando tenía 24 años, cae gravemente enferma y muere el 30 de septiembre de 1897 tras una agonía de dos días. En 1923 es beatificada, en 1925 canonizada, en 1927 es proclamada Patrona de la Misiones pese a no haber abandonado nunca el convento y en 1997 es declarada Doctora de la Iglesia.
Su vida fue un testimonio de amor sencillo y humilde apostando por el valor de la oración y de los pequeños actos.
Su doctrina habla de que Dios está en todas partes, en
toda situación y en toda persona y que son los sencillos actos de la vida,
hechos con amor, el camino hacia la santificación.
Teresa nos enseñó su Caminito de la infancia espiritual. Aquí está su doctrina peculiar,
que la hace célebre. Esa doctrina podría resumirse en estas expresiones,
resumen de todo su espíritu:
- Se puede subir una escalera a pie y con esfuerzo, pero es más fácil utilizar el ascensor. ¡Y yo he encontrado mi ascensor! Son los brazos de Jesús, los de Dios mi Padre. Para ello, no hay que hacer otra cosa que mantenerse niños en su presencia. El niño tiene su fuerza en su propia pequeñez.
- Hay que confiar en Dios, no hay que extrañarse de las propias faltas ni preocuparse por ellas, porque al niño se le perdona todo. Y nuestro esfuerzo para ser santos se reduce a cosas muy sencillas. A amar mucho. A ganarnos al Señor con caricias, con las flores de los pequeños sacrificios que nos trae la propia vida.
Es a la que más devoción le tienen los habitantes de La Matea. Cuenta la historia que fue también a una religiosa francesa como Santa Teresita, a la que se le apareció por vez primera <<La Reina del Cielo y de la tierra>>.
San
Bernardo decía de ella: “Acuérdate oh Madre Santa, que jamás se oyó
decir, que ninguno de los que haya acudido a vuestra protección implorando vuestro
auxilio y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos.”
San Pedro
Es
curioso que las fiestas coincidan con la festividad de San Pedro, aunque creo
que no es casual, pues es en la época del año en la que ya habían regresado a
sus casas los pastores trashumantes y se iniciaba el agostadero de verano en
las cumbres de Santiago, y que mejor día podían elegir para venerar a la Virgen
Milagrosa a la que acudían a pedir su protección, auxilio y socorro.
Pedro,
apóstol de Jesucristo y primer jefe de su Iglesia, era un pescador del mar de
Galilea, hasta que dejó su casa de Cafarnaúm para unirse a los discípulos de
Jesús en los primeros momentos de su predicación.
Pedro
carecía de estudios, pero pronto se distinguió entre los discípulos por su
fuerte personalidad y su cercanía al maestro, erigiéndose frecuentemente en
portavoz del grupo.
Pedro
es sencillo, generoso e impulsivo en sus intervenciones, que a veces denotan
una incomprensión del auténtico mensaje del maestro. Jesús, por su parte,
muestra por Simón una predilección que aparece patente desde el primer
encuentro. El sobrenombre de Pedro se lo puso Jesús al
señalarle como la «piedra» (petra en latín) sobre la que habría de
edificar su Iglesia.
Personalidad impetuosa y sincera,
San Pedro tuvo también momentos de debilidad. Según el relato evangélico, San
Pedro negó hasta tres veces conocer a Jesús la noche en que éste fue arrestado,
cumpliendo una profecía que le había hecho el maestro; pero, arrepentido de
aquella negación, su fe ya no volvió a flaquear y, después de la crucifixión y
la resurrección, fue privilegiado con la primera aparición de Jesús y se dedicó
a propagar sus enseñanzas.
Hacia
el año 44 fue encarcelado por orden del rey Herodes Agripa, pero consiguió
escapar y abandonó Jerusalén, dedicándose a propagar la nueva religión por
Siria, Asia Menor y Grecia. Los últimos años de la vida de San Pedro
posiblemente los pasó en Roma, donde habría ejercido un largo apostolado
justificativo de la futura sede del Papado. Allí fue detenido durante las
persecuciones de Nerón contra los cristianos y murió
crucificado.
En el 1943 La
Matea pertenecía a la parroquia de Santiago Apóstol en el núcleo de Santiago de
la Espada. Un grupo de vecinos se unen para fundar una Cofradía o Hermandad.
Como no existía una devoción concreta en la aldea, deciden adquirir una imagen
de una Virgen para venerarla. Entre las propuestas que se plantean están:
La Inmaculada Concepción, La Virgen del
Carmen, o una imagen de la Virgen Milagrosa. Como la Inmaculada ya la veneraban
en Santiago de la Espada, se deciden por la imagen de la Milagrosa. Para su
adquisición y por los escasos medios que disponían los vecinos, también se
decidió que cada cual aportara lo que pudiese: Celemines de trigo, cebada,
garbanzos,... Siendo éstos los inicios de la devoción y de la Hermandad.
Se supone que se
formaría una Comisión de vecinos para llevar a cabo todo lo que habían
decidido, solicitando en primer lugar al Vicario General del Obispado
de Jaén, pues en esa fecha no había obispo en la diócesis, sino un
Administrador Apostólico que era D. Rafael García y García de Castro (*), la
aprobación de sus estatutos, además de
la construcción de una ermita que albergara la imagen.
(*)
Catedrático de Derecho
Natural y de Sagrada escritura en la Universidad Pontificia
de Comillas y canónigo lectoral de la Catedral de Granada. El 30
de Diciembre de 1942 fue nombrado Obispo de Jaén, tomando posesión el 7 de
marzo de 1943.
El Obispo al
estudiar la solicitud que le hacían los vecinos, no solamente autoriza la
creación de la Hermandad de la Milagrosa, sino que además concede una parroquia
a la Matea independiente de la de Santiago, además de financiación para la construcción del templo, al menos para la
adquisición de los materiales necesarios. El templo cuando se construye se pone
bajo la advocación de Santa Teresita del Niño Jesús.
La Imagen de la
Milagrosa cuando llegó a la Matea estuvo albergada durante un tiempo en un
edificio que se conocía como el
Teleclub, hasta que se pudo construir el templo actual, aunque fue
posteriormente remodelado tal como lo conocemos actualmente.
Y ¿Cómo llegó esta Virgen Milagrosa a nosotros?
La Virgen María se le mostró a la religiosa Catalina Labouré, de la Hermanas de la Caridad, para que confeccionara una Medalla, donde apareciera su Imagen sobre un globo, al que le rodeara una serpiente… Ella destrozaba la cabeza del reptil, lo que significa que libra al mundo del mal: y en el reverso aparecía una M, una Cruz encima y doce estrellas, que la rodeaban, más dos corazones al pie (el de Jesús y el de María) y llevaba esta Oración <<Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Ti >>. Vosotros, hijos e hijas de la preciosa Aldea de La Matea rezad esa oración a la Virgen en todo momento de dificultad.
Y llegó a vosotros porque Ella os eligió, os amó y permanece junto a vuestro lado para asistiros y para llevaros a Dios. Nunca la olvidéis.
ORACIÓN:
Acuérdate,
¡Oh piadosísima Siempre Virgen María!, que no se ha oído decir jamás;
que ninguno de los que han recurrido a tu protección,
e implorado tu socorro, haya sido abandonado de Ti.
Animado con esta confianza, ¡Oh Virgen de las Vírgenes!, a Ti vengo;
gimiendo bajo el peso de mis pecados, me postro a Tus pies. ¡Oh Madre de Dios!
No desprecies mis súplicas; antes bien, escúchalas favorablemente, y dígnate
acogerlas. Amén.
``La
despedía´´
¡VIVA LA VIRGEN MILAGROSA!
La Matea, 28 de junio del 2023
Bibliografía:
Fotos,
textos y maquetación: Miguel Mesa Molinos.