sábado, 17 de marzo de 2018

LA 2ª PARTE DE LA HISTORIA DEL CRISTO DE JOSÉ “EL LANERO”

        
     
   En el mes de octubre del 2017 publiqué una interesante historia situada en Pontones que titulé: LA HISTORIA DEL CRISTO DE “JOSÉ EL LANERO”, LOS BATANEROS DE LA MATEA Y LA FÁBRICA DE LANAS DE PONTONES.  
      
     Esta publicación, que os invito a leer de nuevo,  tuvo muy buena  repercusión,  pues sorprendió a muchas personas la existencia del crucificado y de su interesante historia.
        
        La razón de esta nueva entrada es debido a una información que recibí de mi amigo Manuel Jesús Gutiérrez, en la que me decía que se había enterado de la existencia de un segundo crucificado en Villacarrillo, también procedente de José “El Lanero”.
         
        Me puse a investigar y averigüé que José “El Lanero” sobre los años 50, montó otra fábrica de lanas en Villacarrillo aprovechando el “Plan Jaén” (1953).  Haciendo un inciso: El <Plan Jaén> perseguía la aplicación de la política de colonización y la dotación de infraestructuras al objeto de reducir el paro agrícola y, en definitiva, fomentar el desarrollo económico de la provincia, que por aquella época tenía la renta más baja de toda España (después de más de 65 años seguimos a la cola). Se llevaron a cabo  la construcción de embalses;  se pusieron en regadío grandes extensiones de terreno; se construyeron centrales hidroeléctricas, así como el establecimiento de nuevas industrias. Como ejemplo significativo, en los Villares se montó una “fábrica de cartones”; en Jaén capital una “papelera” en el Puente Nuevo (aún existen las instalaciones); en Villacarrillo otra “papelera” que nunca llegó a terminase y al parecer José “el lanero” montó una “fábrica de lanas” donde se sitúa la historia de nuestro nuevo crucificado.
     
     Continuando con mi amigo Manuel Jesús, me dijo que el crucificado presidía la nave central de la fábrica, al igual que lo hacía en la de Pontones, y cuando se cerró, José María Bellver, “El Lanero”, lo donó a un convento de Villacarrillo que le decían de “las monjas mejicanas”

      Seguí con mis indagaciones y me dirigí a la ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE LA HISTORIA DE VILLACARRILLO preguntándoles si sabían de la existencia de dicho crucificado en su pueblo.

        D. Ramón Rubiales, miembro de dicha Asociación, hizo las averiguaciones pertinentes, aunque si sabía que se encontraba en el vestíbulo de la entrada a la capilla de las Hermanas Mercedarias Eucarísticas, pero desconocía su procedencia. Una de las hermanas, natural de Villacarrilllo y que aún vive,  le confirmó que José María Bellver, “El Lanero”, donó a dicha congregación el crucificado que procedía de la fábrica que tenía aquí. Al desmantelarla, hacía finales de los años 50, fue su deseo dejarlo en algún lugar donde se le pudiera venerar con respeto y asiduidad. Hoy sigue teniendo muchos devotos, incluso se tuvo que restaurar por los desgastes de tanto tocarlo la gente.


F1) CRUCIFICADO QUE SE VENERA EN LA CAPILLA DE LAS HERMANAS MERCEDARIAS EUCARÍSTICAS.


    Las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento, cuyo lema es: "Hagamos todo por amor, nada por la fuerza, sino por la fuerza del amor.”, fundaron el 9 de enero de 1944  una <Guardería Laboral> en Villacarrillo. Su apelativo de <las mejicanas>,  se debe a la procedencia de  su fundadora la venerable madre: María del Refugio Aguilar y Torres,  oriunda de San Miguel de Allende, Guanajuato, Estado de Méjico. Su vida y obra se puede ver en el enlace: http://www.hhmmss.org





F2) LOGOTIPO DE LA CONGREGACIÓN LAS HERMANAS MERCEDARIAS EUCARÍSTICAS.

       De nuevo el Sr. Rubiales tuvo la delicadeza de visitar a las Hermanas y fotografiar al crucificado enviándome las fotografías, dándole desde aquí las gracias.

      Me puse de nuevo en contacto con mi amigo Francisco Palomo,  el que hizo un análisis de la talla del crucificado que transcribo:.. Cristo crucificado de 3 clavos. Tamaño natural (medidas de persona) sobre cruz plana, propia de altar o retablos. Composición clásica de Cristo muerto en la cruz. Cabeza apoyada en hombro derecho. Barba bífida y melena de suave caída dividida simétricamente en la cabeza.


         Corona tallada sobre la propia testa, de espinas entrelazadas, con un prominente aporte de sangre en divino rostro. (Primera pista o señal que lo aleja de los dos focos de la escuela Andaluza.  Granada,  Sevilla).  Cuerpo bien formado y detallado. Paño de pureza anudado a la derecha, donde yace la cabeza, formando un eje de detalles asimétricos. Paño poco elaborado y pliegues suaves, vuelta a diferenciar procedencia de modelo no andaluz.

         Cristo sobrio y sanguinolento,  modelos escuela Gregorio Fernández de Castilla,  no es muy de notar sus diferencias con las imágenes de posguerra pertenecientes a los talleres en serie de Valencia y Olot con modelos universales”. 


      Aún queda descendencia de José María Bellver “El Lanero”: Nietos y biznietos en Santiago de la Espada, Villacarrillo y en Madrid; sé de una hija (Maravillas) y un hijo que vivían en Jaén hasta hace unos pocos de años. Sus crucificados perdurarán por muchos años, custodiados por instituciones religiosas y personas de buena fe,  para que paisanos de los lugares donde residió lo puedan venerar, tal como fue su deseo.   
        
     Para terminar, una nieta suya, que ya tiene cerca de los 80 años, me contó que un día su abuelo partió de Pontones hacía el Levante,  con dinero y el objetivo de comprar maquinaria para la fábrica de las lanas,  y volvió sin el dinero y sin la maquinaria, pero que al poco tiempo el Cristo de Pontones apareció sobre el lomo de una mula traído desde esas tierras. Desde aquí mi pequeño homenaje a esta persona tan singular.

Jaén, 17 de Marzo 2018


Biografía:

  • Fotos: Ramón Rubiales. 
  • Textos y maquetación: Miguel Mesa Molinos.
  • Mi agradecimiento a  D. Ramón Rubiales y a mi amigo Manuel Jesús Gutíerrez por su colaboración en esta publicación.


4 comentarios:

  1. Cuántas veces nos preguntamos por la procedencia de una imagen o por la construcción de un determinado edificio. Y nos quedamos con la incertidumbre del desconocimiento, pero a veces tenemos la suerte de encontrar escritos que indagan con habilidad en lo que tanto nos llama la atención. Éso mismo me ocurrió en tu anterior entrada. Apasionante historia la de José "el lanero" y sus cristos, era de merecer que hubiese una continuación, esmerada y ciertamente hermosa. Quizás aún dé para más, estoy segura. Enhorabuena.

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    1. Gracias Rosa por tu comentario; efectivamente aún queda más cosas que contar. He podido hablar con personas relacionadas directamente con este singular personaje; otras me han contado detalles sobre la maquinaria que había en la fábrica de Pontones y que existía otra fábrica de mantas en Santiago de la Espada. En La Matea, en la ribera del río Muso, aún existe parte del “batan” y personas que lo han visto trabajar en su época. Con más tiempo iremos, si Dios da, completando esta historia. Me pregunto si José “El Lanero” levantara la cabeza y leyera lo escrito, seguro que se alegraría por ver que “sus crucificados” siguen presidiendo el quehacer de muchas personas. Un abrazo.

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  2. Luis Cristobal Martinez Jimenez18 de marzo de 2018, 9:28

    Me parece hermosa tan venerable historia que has publicado, te felicito

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    1. Gracias amigo Luis. La verdad que esta historia ha merecido la pena, gracias a la información de bastantes amigos que me han ido guiando por dónde ir. Un abrazo.

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