domingo, 13 de septiembre de 2020

LAS BONDADES QUE OFRECE VIVIR EN UN PUEBLO

Las bondades que ofrece vivir en un pueblo

¡A la paz de Dios! Como ya peino canas, es un decir, antes de explicar a mi corto entender qué bondades ofrece vivir en un pueblo, me gustaría  comentar que soy de capital, nacido y ensolerado en Jaén, aunque tengo la suerte de llevar más de 35 años en Segura de la Sierra, considerándome como hijo adoptivo del pueblo, y diría más, de la Sierra de Segura.

En Segura “nos invitan a las bodas y nosotros vamos a los entierros”, y por desgracia hay más de lo último que de lo primero, al menos de un tiempo a esta parte ¿Qué quiero decir con esto? Pues que siento muy adentro a este pueblo que nos acogió hace muchos años, y bajo esta experiencia de tanto tiempo intentaré explicar qué bondades ofrece vivir en un pueblo.

Podría entrar en los tópicos de que el entorno es tranquilo, que se vive de una forma más sencilla que en la ciudad, permite vivir cerca de la naturaleza y disfrutar de bellos paisajes, respirar aire más puro, que el coste de la cesta de la compra es más barato, el transporte, etc. etc., pero al margen de lo que es evidente, para mí lo más importante es:

  • Que tus vecinos son como los vecinos que conocía en mi niñez cuando vivía en la plazoleta de la Sección Femenina: Pepe “el percha”, Pepe “el ratón”,  “Mama Pepa”, Juanín, Leli, Carmela…
  • Que cuando haces un trato o quedas con alguien en hacer cualquier cosa y te da la mano  ¡eso va a misa!, pues los vecinos de cualquier pueblo, al menos la inmensa mayoría, por las mañanas se “visten por los pies”, como decía mi padre q.e.p.d.
  • Que su casa es la tuya de verdad, y no a medias tintas.
  • Que cuando llegan las fiestas, la vida cotidiana  se paraliza de verdad tres días, para vivirlas intensamente. Primero la fiesta religiosa de la Patrona, en mi caso La Virgen del Rosario, y de camino en La Matea, “La Milagrosa”, después la liga en un chiringuito de unos que vienen todos los años de las Navas de San Juan, ¡ah! el almuerzo, después de los toros, unos “tallos” con chocolate y los cubatas de la tarde. A la noche,  después de visitar otra vez el chiringuito, una “miaja” de baile y la “despedía”, y todo esto con los vecinos de todo el pueblo ¿Qué se puede pedir más?
  • Ir por la calle, aunque sea a comprar el pan, te paras con unos y con otros, vamos, que llegas tarde a tus quehaceres si te descuidas un poco.
  • Que con tus vecinos sufres y te alegras de sus males y de sus alegrías, aunque no sean tu familia, pero estás ahí y eso lo vives intensamente.
  • Que tus vecinos tienen gracias y ocurrencias “pá reventar”. Un día se murió mi vecino Kiko y estábamos en una pequeña habitación de su casa el hermano Andrés “El Bandolero”, La mujer del difunto, Bienvenida, mi mujer y yo,  y Kiko de cuerpo presente...”El Bandolero” le pregunta a Bienvenida ¿Tiene puesto Kiko el reloj?, está sale corriendo y efectivamente lo tenía puesto en la muñeca... la escena vivida es para el recuerdo y sin comentarios.


Y así podría seguir contando que tenemos espacio y tiempo, vives las estaciones más apegado a la naturaleza y coges sus frutos. En tiempo difícil llega la penuria pero no la necesidad, y nada pasa por alto para lo bueno y lo malo.  

Pero todo no va a ser tan bonito. En el otro platillo de la balanza está la falta de trabajo, de servicios públicos en general, como el transporte para poder ir a cualquier lugar y para muestra en Santiago - Pontones, aunque parezca mentira, no hay autobús de línea si quieres ir o salir del pueblo, y para el Levante,  ni te digo..., de lugares de ocio tal como los entendemos en nuestra forma de vivir de urbanitas,  y si hablamos de la Universidad eso ya es otra cuestión, aunque se quedaría uno sorprendido si le preguntas a cualquier persona del pueblo, por muy humilde que sea, qué carrera tienen sus hijos: Ingeniera naval, ingeniero industrial, médico, bióloga, veterinaria, informático... pues el esfuerzo de los padres para que sus hijos tengan mejores oportunidades que ellos, es admirable.

Como colofón me quedo que con la humanidad que se vive en los pueblos, no se vive en ninguna ciudad. Nunca estás solo,  aunque te falten muchas comodidades, pero yo digo como  aquel que le preguntaron ¿tienes frío? Y contestó el paisano ¿Para qué? si no tengo abrigo…

Al final me quedo con una preciosa puesta de sol que no tiene precio,  desde el patio de una casa de Segura, que puede ser desde cualquier atalaya, balcón, terraza… y eso solamente se puede vivir en cualquier pueblo de nuestra querida tierra.



Jaén, 13 de septiembre 2020




  • Artículo en el Diario JAÉN , 13.09.2020
  • Texto y fotografías: Miguel Mesa Molinos

2 comentarios:

  1. Querido amigo.
    Has escrito un magnífico, y sentido, canto a la naturaleza. Un "Beatus ille" del siglo XXI.
    Enhorabuena.
    https://es.m.wikipedia.org/wiki/Beatus_ille
    --------------
    Otro que pensaba como tú, pero en el siglo XVI, era fray Antonio de Guevara.
    http://www.filosofia.org/cla/gue/gueca.htm

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    1. Amigo Santiago, no tengo palabras para responderte. Muchas gracias y un abrazo.

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