Ya estoy en la Matea con mis jefes Los Carlillos. Ayer martes dimos los primeros pasos para preparar la “verea”, que D.M. la iniciamos el próximo día 29 jueves. Hoy ha tocado “repretar”. Os peguntareis que significa el término “repretar”; sería (según los pastores de la Matea) la acción de juntar las ovejas que se encuentra en los agostaderos de verano, en nuestro acaso en “Los Campos de Hernán Pelea“, para bajárselas a la Matea y desde allí junto con otras iniciar “la verea”, o lo que es lo mismo, irse a territorios más cálidos como es Sierra Morena para pasar allí el invierno, a lo que se le conoce como la trashumancia. Para los que aún no lo sepan, la trashumancia está declarada como Manifestación Representativa Del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Subimos muy temprano a los Campos en concreto al Cortijo de la Loma de la Paja a 1.560 metros de altitud; hacía más frio que “pelando rábanos”. Iniciamos la búsqueda de las ovejas que deberían estar diseminadas en pequeños grupos por la zona, pero no vimos nada (Bueno yo no cuento, pues de cualquier manera soy incapaz de verlas). Seguimos subiendo hasta “Las Lagunillas” a unos 1.700 metros de altitud y por fin vimos un grupo y luego a otro. Mi compañero y jefe de la expedición, José Carlos, en un movimiento envolvente y tranquilo que duró casi dos horas, puso a los 1300 animales rumbo para el cortijo y allí poder contarlos.
F1) PARTE DEL HATO EN LA SOLANA DEL CORTIJO DE LA LOMA DE LA PAJA, PRÓXIMO AL PARAJE DE LAS LAGUNILLAS
F2) "TINA" OBSERVANDO AL HATO EN LA SOLANA DEL CORTIJO
DE LA LOMA DE LA PAJA
DE LA LOMA DE LA PAJA
F3)
F4)
F3-F4) HATO CAMINO EN LAS PROXIMIDADES DEL CORTIJO DE LA LOMA DE LA PAJA CAMINO DE LA MATEA
Ya sabéis: contó las ovejas negras y luego los cenceros, le cuadraban y dijo ¡Están todas! Nos vamos ya de camino. En honor a la verdad, decir que si están todas las ovejas negras y los cencerros estén todas las ovejas, es una regla que no siempre se cumple, luego os contaré.
Estábamos “la mar de contentos”, el día había salido bien y el hato estaba ya cerca del Castillo. Pero siempre hay un “pero”. José Carlos con su larga experiencia tenía “la mosca detrás de la oreja” y me dijo que faltaba ¡una oveja! Me quedé “pasmao”, pues creía que se estaba quedando conmigo, pues decir que entre 1.300 ovejas, todas blancas y de una morfología muy parecida (los Carlillos se enorgullecen de tener un hato muy homogéneo y de rasgos Segureños muy característicos), faltaba una. A eso de las 5 de la tarde y antes que anocheciera nos fuimos de nuevo a los Campos. Con una paciencia del “Santo Job”, prismáticos en mano y de cerro en cerro para divisar cuanto más territorio mejor, anduvimos más de una hora buscando la oveja. Era buscar una “aguja en un pajar” en el sentido literal de la expresión. Pero al final y gracias a su cabezonería en la solana de una montaña que está a unos 1700 metros de altitud, vio a la oveja, pero no una, sino ¡13 animales! Me quedé otra vez de piedra.
La buena vecindad entre los vecinos y pastores de la Matea es una norma que les honran. En el camino nos encontramos a varias ovejas que se habían quedado rezagadas de sus hatos que habían pasado antes, bien porque se habían despistado o por que iban enfermas; sin dudarlo un momento las recogimos. Por sus identificaciones sabíamos de quiénes eran y al día siguiente se la llevamos a sus dueños.
Al atardecer llegamos a “Piedra Horadada” ya en los montes de la Matea a uno 1,6 km del Castillico, dejando allí el hato para que pasara la noche.
Estábamos “la mar de contentos”, el día había salido bien y el hato estaba ya cerca del Castillo. Pero siempre hay un “pero”. José Carlos con su larga experiencia tenía “la mosca detrás de la oreja” y me dijo que faltaba ¡una oveja! Me quedé “pasmao”, pues creía que se estaba quedando conmigo, pues decir que entre 1.300 ovejas, todas blancas y de una morfología muy parecida (los Carlillos se enorgullecen de tener un hato muy homogéneo y de rasgos Segureños muy característicos), faltaba una. A eso de las 5 de la tarde y antes que anocheciera nos fuimos de nuevo a los Campos. Con una paciencia del “Santo Job”, prismáticos en mano y de cerro en cerro para divisar cuanto más territorio mejor, anduvimos más de una hora buscando la oveja. Era buscar una “aguja en un pajar” en el sentido literal de la expresión. Pero al final y gracias a su cabezonería en la solana de una montaña que está a unos 1700 metros de altitud, vio a la oveja, pero no una, sino ¡13 animales! Me quedé otra vez de piedra.
La buena vecindad entre los vecinos y pastores de la Matea es una norma que les honran. En el camino nos encontramos a varias ovejas que se habían quedado rezagadas de sus hatos que habían pasado antes, bien porque se habían despistado o por que iban enfermas; sin dudarlo un momento las recogimos. Por sus identificaciones sabíamos de quiénes eran y al día siguiente se la llevamos a sus dueños.
Al atardecer llegamos a “Piedra Horadada” ya en los montes de la Matea a uno 1,6 km del Castillico, dejando allí el hato para que pasara la noche.
F5)
F6)
F5)-F6) LA SOLEDAD DE LOS CAMPOS DE HERNÁN PELEA
F7) LAS 13 OVEJAS PERDIDAS Y HALLADAS EN CUEVA HONDA (1803 MTRS)
El problema era poderlas meter todas en el cajón de la pickup y sobre todo cogerlas. Para esto diseño una estrategia sobre la marcha, sabía que había cerca una cueva que servía en antaño como “tina” y que si conseguíamos meterles allí, sería más fácil poder cogerlas y meterlas en la camioneta ¡Dicho y hecho! Costó su “trabajaera”, pero José Carlos lo consiguió. Decía mi suegra Concha (q.e.p.d.) que “pobre obstinado saca mendrugo” y que ¡verdad es eso!
F8)
F9)
F8 - F9) LA TINÁ DE CUEVA HONDA
F10) JOSÉ CARLOS EN PLENA OPERACIÓN
Ahora sí regresamos a la Matea con los animales y la ayuda de Daniel, pues a nuestro aviso se personó, pudiendo así cargar a todos las ovejas en las dos pickup.
Conclusión: Lo de “las ovejas negras y los cencerros” tiene sus excepciones, pero para eso están los buenos pastores que lo solucionan. Ya lo dicen las Sagradas Escrituras ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si se perdiera una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y se va a buscar a la que se perdió?
La Matea, a 28 de noviembre del 2018
*Fotos, textos y maquetación Miguel Mesa Molinos
Desde luego cada día me sorprende más lo bien que plasmas las duras vivencias de nuestros pastores. Gracias de nuevo!!!
ResponderEliminarY excepcional la sabiduría de estos serranos. Quizás cultura del extranjero tengan la justa, pero en la universidad de la vida reciben a diario un Cum lade!!!
Desde luego cada día me sorprende más lo bien que plasmas las duras vivencias de nuestros pastores. Gracias de nuevo!!!
ResponderEliminarY excepcional la sabiduría de estos serranos. Quizás cultura del extranjero tengan la justa, pero en la universidad de la vida reciben a diario un Cum lade!!!
Rocio, anunque tarde en responder, !muchas gracias por tu comentario!Un beso.
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