En el epílogo de mi primera publicación: «SIGUIENDO LAS HUELLAS DE SANTA TERESA» decía: “… dejo en el tintero una serie de importantes consideraciones sobre la presencia de la Eucaristía en las fundaciones llevadas a cabo por Santa Teresa, tales como:
- Situación en el siglo XVI del sacramento de la Eucaristía.
- Formación eucarística de Teresa de Ahumada.
- Vida mística y Eucaristía.
- Las fundaciones y la Eucaristía.
- La Santa Misa.
- Catequesis práctica de Santa Teresa en torno al Santísimo Sacramento
Que iremos desgranando a lo largo de nuestro viaje…”.
Pues bien, antes de entrar en el convento carmelitano de Beas de Segura, creo que sería esclarecedor sumergirse en las consideraciones sobre la presencia de la Eucaristía en las fundaciones llevadas a cabo por Santa Teresa que antes hemos detallado. Para ello os trascribo las reflexiones que D. Antonio Aranda Calvo, sacerdote de la Diócesis de Jaén, hizo con motivo del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa.
Fue norma de Santa
Teresa no considerar establecida una nueva fundación si no había sido
entronizado el Santísimo Sacramento, siempre con la celebración de la Santa
Misa, aunque en algún caso, por urgencia, sólo fuera con el traslado desde otra
Iglesia, sin la celebración de esta. Veamos qué sucede en las fundaciones al
respecto:
Alegoría del Triunfo de la Eucaristía, que preside el ático del retablo
de la Iglesia de las carmelitas descalzas de Jaén.
En muchos casos
siente la inspiración o el mandato del Señor para fundar en la Comunión o
después de haber comulgado:
Estando todavía en el Monasterio de la Encarnación, con el propósito firme de fundar lo que sería el nuevo Convento de San José, donde vivir el espíritu que Dios le iba inspirando y aunque estaba contenta en la casa que estaba “porque era muy a mi gusto y la celda que estaba, hecha muy a mi propósito, todavía me detenía” (V 32,10) “Habiendo un día comulgado” (V. 32,11) sintió un mandato firme de su Majestad y la promesa de que le ayudaría en todo para fundar el monasterio.
Nuevamente el Señor le empujó fuertemente: La Virgen y San José se le aparecían y Ella le daba la mano… “y se le aparecía en la Comunión”, Santa Clara que le daba ánimo y ofrecía ayuda (V 33,14). Y llegó el momento:…estaba todo preparado y el Señor fue servido que el día de San Bartolomé tomaron algunas el hábito que la misma Santa Teresa les dio… “y se puso el Santísimo Sacramento…” (V. 36,6) Apenas amaneció el nuevo día se formó el revuelo en la Encarnación y en toda Ávila, fue un momento duro en su vida, pero ella delante del “Santísimo” recuperaba las fuerzas y prometía a su Señor seguir en la obra. Fue el 24 de agosto de 1562, tomaron el hábito cuatro novicias, viviendo en sencillez y austeridad.
*La idea y la decisión de fundar nuevos conventos venía inspirada por o en la Eucaristía, así, cuando dudaba fundar el Convento de San José de Malagón, después de haber comulgado, en oración, entendí de nuestro Señor que se había de servir en aquella casa (F. 9, 5). Por diversos inconvenientes se negaba la Santa a realizar la Fundación de la Concepción en Pastrana pero, ante el Santísimo Sacramento pide luces para escribir lo conveniente manifestando la negativa… y el Señor le dijo que no dejara de ir, y así se realizó (F 17, 3ss.) Para la Fundación de Santa Ana en Villanueva de la Jara sucede que acabando un día de comulgar, el Señor le manifestó su voluntad de que así se hiciera (28,8 y ss.) Para decidir la Fundación de Ntra. Sra. de la Calle en Palencia: un día acabando de comulgar el Señor me dijo ¿Qué temes? ¿Acaso te he faltado yo en algo?...(F 29,6) Y en la Fundación de San José y Santa Ana en Burgos, cuando la Santa deseaba permanecer allí, una vez concluida la fundación hasta que se afianzara: pero un día, después de comulgar le dijo el Señor: “Ya esto está acabado, bien te puedes ir…” (F. 31,5)»
Fg.03) Lienzo de Santa Teresa. Carmelitas descalzas de Jaén.
*(En la parte baja del lienzo Santa Teresa ocupa el centro de la composición, acompañada a izquierda y derecha por la Virgen del Carmen y por San José respectivamente, quienes se disponen a ponerle un rico y hermoso collar de oro. La santa, que aparece arrodillada y con los brazos abiertos, viste el hábito carmelitano, incluida la capa, y en su escapulario muestra el escudo de la Orden Descalza. La Virgen, en la que resalta la belleza de su joven rostro, enmarcado por largo cabello rubio, luce corona imperial y en su hábito de carmelita también se representa el escudo de la Orden. San José está cubierto con túnica verdosa y manto dorado. Completa la parte inferior del lienzo un bello y dinámico ángel semienvuelto por una blonda rojiza, que juguetea con los bordes de la capa de la Virgen. En la parte superior del cuadro, sobre la santa y ante un fondo abierto que supone un rompimiento de gloria, vemos al Salvador sentado sobre nubes contemplando la escena; Cristo, que muestra las heridas de sus llagas, sujeta con su mano izquierda una gran cruz; su indumentaria consiste en túnica, que deja al descubierto el torso y manto, ambos de color rojo.)
*El patrimonio artístico del monasterio de Carmelitas Descalzas de Jaén (pg.303)
Estas reflexiones las iremos viendo a lo largo de nuestro caminar por los conventos carmelitanos.
3. Monasterio de San José del Salvador de Beas de Segura.
Este monasterio fue
fundado por la misma Santa Teresa de Jesús el 24 de febrero del año de 1575 (F
22,4), día de San Matías, con la
celebración de la Misa. Fue la décima fundación de Santa Teresa. Ella
misma cuenta que estando en Salamanca le había sido solicitada por la familia
Godínez de Sandoval, cuyas dos hijas: Dª. Catalina Godines y Dª. María
Sandoval, que llevaban una vida monacal en sus casas y que deseaban entrar en
un convento, la fundación de un monasterio en la villa de Beas; la Santa,
después de consultarlo y pensar detenidamente el asunto, se decidió a ello pues
oyó hablar bien del lugar y de las gentes de Beas y allí se encaminó, tanto que
escribió “Dijéronme grandes bienes de la
tierra y con razón que es deleitosa y de buen temple” en donde fue muy bien
recibida por la población.
Fg.05)
Cuadros de las fundadoras
(Museo del Monasterio de San José del Salvador de Beas de Segura)
Este convento de Descalzas será el primero en tierras andaluzas, aunque Beas, eclesiásticamente, no perteneciera a la Diócesis de Jaén, sino al Obispado de Cartagena como Vicaría propia de la Orden de Santiago; al principio parecía disparatado; se le aconsejó pidiera los permisos oportunos, pero con la casi seguridad de no conseguirlos, sin embargo <lo que el Señor quiere no puede dejarse de hacer>.
En este monasterio se encontró la Santa con el P. Jerónimo Gracián, Provincial de Andalucía, con el que intercambió opiniones sobre la Reforma del Carmelo y los problemas con los Calzados.
Santa Teresa dejó fundado y en marcha el monasterio, haciendo una valoración muy positiva de las gentes de esta tierra; desde aquí partió para fundar en Sevilla, quedando San Juan de la Cruz como capellán y confesor de las monjas, atendiéndolas desde el monasterio de Nuestra Señora del Monte Calvario.
En la actualidad en el convento las hermanas carmelitas siguen con el estilo de vida contemplativa y fieles a su Regla primitiva que se resume en: <Vivir en obsequio de Jesucristo y servirle con corazón puro y buena conciencia>. También, además de sus trabajos cotidianos, confeccionan formas para la celebración eucarística.
Antes de entrar en detalles del convento en sí, haré referencia por su interés en la fundación del monasterio de San José del Salvador a San Juan de la Cruz, así como del camino que siguió la Santa hasta llegar a Beas, en concreto el tramo entre Torre de Juan Abad en la provincia de Ciudad Real y Beas de Segura.
Fray Juan (San Juan de la Cruz), aquel a quien Santa Teresa llamaba cariñosamente "medio fraile", merece aquí una mención especial, pues fue el encargado por la Santa de la dirección espiritual, las confesiones, y el asesoramiento de las monjas del convento de Beas.
Aquí no vamos a entrar en la vida y obra de Fray Juan, sino en los lugares en donde estuvo y en los caminos por donde anduvo, entorno al convento carmelitano de Beas.
Imagen de San Juan de la Cruz en el retablo del altar mayor de la iglesia
de las Carmelitas Descalzas de Jaén.
Un poco
de historia
4.1. Monasterio de Nuestra Señora del Monte Calvario:
"El Calvario”
En octubre de 1578 llegó a Beas San Juan de la Cruz tras su huida de la prisión de Toledo para establecerse como prior del monasterio de Nuestra Señora del Monte Calvario, permaneciendo allí unos dos años (1578-79), encontrando la paz espiritual que él buscaba.
La ermita del Calvario dista de Beas
casi dos leguas (unos 8,5 km), encontrándose en un lugar muy abrupto de la
sierra de Las Villas. Desde este enclave aislado y retirado de las tensiones
entre calzados y descalzos, realiza regularmente visitas a las monjas descalzas
de la fundación de Beas de Segura, de la que era priora Ana de Jesús. Entre
ambos se desarrolla una entrañable amistad, que explica la dedicatoria de las
Declaraciones al Cántico Espiritual. En este entorno sosegado y relajante, en
plena naturaleza, disfruta de una etapa de fecunda creatividad: Cautelas,
Avisos, Montecillo de Perfección, el poema Noche Oscura y comentarios aislados
a las estrofas del Cántico.
4.2. El Camino del Calvario.
Este camino, que también forma parte del camino de San Juan de la Cruz, era el que Fray Juan recorría desde el monasterio del Calvario a Beas en sus frecuentes visitas para confesar a las monjas.
4.3. El Camino de San Juan de la Cruz.
4.4. Las rutas de los
pastores trashumantes de la sierra de Segura.
Quiero resaltar que entre Santiago de la Espada y Beas de Segura los pastores trashumantes de la sierra de Segura en la “verea de invierno” o “verea de abajo”, transitan por tramos que forman parte del Camino del Calvario. Este camino en la actualidad está señalizado, tal como queda reflejado en las fotografías que se incluyen.
En este tramo del camino desde Torre de Juan Abad a Beas le sucedieron toda clase de vicisitudes a la Santa Madre, las que quiero compartir, y para ello me apoyaré en un relato de mi amigo Manuel Roll Grande que detalla en su publicación: “El viaje de Santa Teresa por la provincia de Jaén: una propuesta de ruta de senderismo histórico”, del cual trascribo: “… Viaje y estancia de Santa Teresa de Jesús en la provincia de Jaén, entre febrero y mayo de 1575, documentando a través de distintas fuentes el itinerario seguido y las vicisitudes del mismo.
En el Libro de las Fundaciones, escrito por Teresa de Jesús entre 1573 y 1582, relata en primera persona la historia de la fundación de los conventos reformados, entre ellos el de Beas y el de Sevilla, únicos que funda directamente en Andalucía.
5.1. La reconstrucción del viaje de Santa Teresa por la provincia de Jaén
Los estudios dedicados en exclusiva a la faceta más caminera de los viajes de Santa Teresa no son muy abundantes. Sin embargo, tenemos una excepción en los trabajos del carmelita descalzo Efrén de la Madre de Dios, que publicó en el año 1982 un trabajo titulado “El primer viaje de Santa Teresa a Jaén”, dedicado a desarrollar el itinerario seguido por Teresa de Jesús para realizar su fundación en Beas, así como el tramo dentro de la provincia de Jaén de su viaje a Sevilla. En otras obras del mismo autor el estudio abarca la totalidad de este viaje, incluyendo el paso por las provincias de Córdoba y Sevilla.
Los escritos de Santa Teresa no hacen mención del camino que llevaron para realizar la fundación en Beas de Segura, porque el último punto contrastado es su estancia en Malagón, al norte de Ciudad Real.
El viaje comenzó con la salida de Santa Teresa de Medina del Campo el día 2 de enero, desde donde se dirigiría hacia Toledo, para tomar el Camino Real de Córdoba, parando en Malagón.
Monasterio de San José en Malagón (Ciudad Real)
Desde aquí los
investigadores del viaje exponen dos posibilidades: la primera supone avanzar
por el mismo camino en dirección hacia Córdoba, con una hipotética parada en la
localidad de Almodóvar del Campo, situada al norte de Sierra Morena. Se apunta
esta posibilidad en la historia de la Orden Carmelita escrita por el Padre Fray
Francisco de Santa María:
“Por ser constante y cierta tradición haber estado nuestra Santa Madre dos veces en la Villa de Almodóvar del Campo: una cuando paso a fundar en Veas, otra cuando volvió de Andaluzía […]. Bien advertimos que saliendo de Malagón donde estuvo, para Veas, fue rodeo ir por Almodóvar, o fuese en carros o en cabalgaduras. Y no habiendo la ocasión, conjeturamos haber sido por comunicar con nuestro Venerable Padre Fray Antonio de Jesús, que a la sazón se hallaba en aquella Villa […]”
Por tanto, el cronista admite que el paso por Almodóvar supondría un rodeo en el camino hacia Beas, pero admite esta posibilidad basándose en la tradición oral.
El investigador Manuel Corchado Soriano explica que pudo ocurrir esta visita a la villa manchega, aun suponiendo una importante desviación de la ruta desde Malagón hacia Beas. Sin embargo, “lo que es difícilmente aceptable es que desde dicho punto se lanzara a atravesar Sierra Morena en un carrito, pues no existían caminos en tal dirección que pudiera haber seguido”
Por otro lado, en la reconstrucción hecha por el padre Efrén no se contempla esta posibilidad, y se explica que sería “inadmisible semejante rodeo” por Almodóvar. Explica este autor que la salida de Malagón sería el día 14 de febrero, en dirección sureste hacia Manzanares, continuando el viaje por el camino real de Andalucía que les llevaría el día 15 a pernoctar en Torre de Juan Abad. El día siguiente cruzarían Sierra Morena, llegando ese mismo día, 16 a Beas de Segura. Sin embargo, solamente hay referencia en los textos contemporáneos sobre el paso por Malagón, y después de la llegada a Beas.
La comitiva que partió de Malagón debió ser numerosa. El Padre Efrén dice que “eran ocho las monjas”, más una postulante, viajando en cuatro carros. Les acompañaban los dos capellanes, Julián de Ávila y Gregorio Martínez, y el caballero Antonio Gaitán, a los que se añadirían un número indeterminado de mozos y carreteros.
Dibujo: Carros de la comitiva.
La identificación de la localidad de Torre de Juan Abad, con el lugar desde donde partieron para cruzar Sierra Morena, es la más probable por ser la práctica habitual de los viajes de la época. Según las Relaciones Topográficas, contemporáneas al viaje de Santa Teresa, se dice de Torre de Juan Abad:
“Esta villa está en el Camino Real de los Carros en el puerto de sierra Morena que pasan desde Sevilla
y Granada y del Andalucía a Corte de Su Majestad y a La Mancha y a otras muchas
partes, y que en el término de esta dicha villa hay una venta que se dice la
venta el Villar, y es del conde (sic) de Feria, comendador de Segura”
La distancia entre
Torre de Juan Abad y Beas, por el antiguo camino de La Mancha, sería de unos 42
kilómetros, una distancia perfectamente asumible, pese a realizarse por terreno
montuoso.
En el proceso de
beatificación de Teresa de Jesús, Ana de Jesús dice lo siguiente del camino por
Sierra Morena:
“Yendo a fundar el convento de Beas, veintidós años ha, y aún más, ya que llegábamos a la postrera jornada en Sierra Morena, perdieron los carreteros el camino de manera que no sabían por dónde iban; y nuestra madre Teresa de Jesús comenzónos a mandar a ocho monjas que con ella íbamos, pidiésemos a Dios y a nuestro Padre San José nos encaminase, porque decían los carreteros que íbamos perdidas, y que no hallaban remedio de salir de unos riscos altísimos por dónde íbamos.
Y al tiempo que la Santa nos mandó lo dicho, comenzó desde una hondura muy honda, que con harta dificultad se veía desde lo alto de aquellos riscos en que estábamos, a dar grandes voces un hombre que en la voz parecía anciano, diciendo: teneos, que vais perdidos y os despeñaréis si pasáis de ahí. A estas voces paramos, y los sacerdotes y personas seglares que iban con nosotras comenzaron a escuchar y preguntar: Padre, pues qué remedio tendremos para remediarnos y salir del estrecho en que estamos? Él les respondió que echasen hacia una parte, que vimos todos que milagrosamente habían podido atravesar por allí los carros. Como se vio este milagro tan notable, quisieron algunos ir a buscar al que nos había avisado, y mientras ellos estaban allá, díjonos la Madre con mucha devoción y lágrimas: no sé para qué los dejamos ir, que era mi Padre San José y no le han de hallar; y así fue que volvieron diciendo no habían podido hallar rastro de él, aunque habían llegado a la hondura de donde sonó la voz.
Desde este punto fue
tanta la ligereza y consuelo con que caminamos, que los mismos carreteros
decían y aun algunas veces con juramentos que aquellas mulas no andaban sino
que volaban, y que si un paso más dieran de donde los detuvieron, nos
hiciéramos pedazos, y de esta ligereza de las mulas fue de manera, que habiendo
aquel día sacado del pueblo de donde salimos bestias y hombres para pasar el
río de Guadalimar fuera de los carros, en llegando a él nos hallamos de la otra
parte sin haber tenido lugar de salir de los carros ni podernos menear; y así
se espantaron los más principales del pueblo de Beas que nos salieron a
recibir, de ver la gran jornada que aquel día se había podido andar, y les fue
ocasión de tomar más devoción con la Madre y su Religión.
“… Acaeciendo un curioso hecho cuando la comitiva encabezada por la Santa Madre decidió cruzar el vado de este caudaloso río antes de llegar a Beas. En el libro escrito sobre la reforma de los Descalzos por el Padre Francisco de Santa María a mediados del S. XVII se narra el episodio: “Antes de llegar a Veas sucedió otra maravilla, que la Venerable Madre Ana de Jesús depuso en las informaciones para la canonización de nuestra Santa. Era fuerça pasar el rio Guadalimar, i apearse las Monjas para pasar el vado en cavalgaduras, para lo qual de unas alquerias las llebavan de repuesto, porque en el carro no era posible. Pero apenas llegaron a la lengua del agua, quando sin advertir como, se hallaron de la otra parte; de que unos i otros quedaron admirados alabado al Señor que por los merecimientos de su Sierva les hazia puentes invisibles. Estas maravillas que luego se començaron a divulgar entre los Cavalleros i gente rica, que con galas i regocijos avia salido de Veas a recibir las Religiosas, causaron tanta admiración, que se tuvieron por dichosos; i derramandose por el pueblo la voz, las aclamaron por Santas…”
La cartografía del Instituto Geográfico Nacional, en sus minutas fechadas en 1878 (términos de Torre de Juan Abad y de Chiclana de Segura) indica un “camino de La Mancha a Beas de Segura”, que cruza el Guadalimar al sur de la pedanía de La Porrosa. Este sería el camino que tomaría Santa Teresa en su viaje hacia Beas.
El camino de La Mancha se cruza en la actual finca de Venta Nueva (término de Villamanrique) con la Vereda Real de los Serranos, y en la Venta Quemada (en las inmediaciones del actual Centro del Infoca, Dehesón de Quiles (término de Chiclana de Segura) con el llamado Camino de Aníbal, que se sigue en dirección suroeste, ya como Camino Real que pasa por la Venta de los Santos y se dirige a Santisteban…”
Continuaremos tras las huellas de la Santa Madre… y para terminar esta entrada nada mejor que un pensamiento de esta extraordinaria mujer que aunque no se crea en nada, no deja a nadie indiferente:
Jaén 8 de noviembre de 2020
Bibliografía:
- Antonio Aranda Calvo, sacerdote de la Diócesis de Jaén «…Presencia de la Eucaristía en las fundaciones llevadas a cabo por Santa Teresa...»
- Manuel Roll Grande: “El viaje de Santa Teresa por la provincia de Jaén: una propuesta de ruta de senderismo histórico”
- Cartografía del Instituto Geográfico Nacional MTN50
- Juan Miguel Gascón Álamo: “Tras las huellas de Santa Teresa… Desde Torre de Juan Abad hasta Linares”
- El patrimonio artístico del monasterio de carmelitas descalzas de Jaén.
- Miguel Mesa Molinos: Textos, fotografías, diapositivas y maquetación.
Sumergirnos tras las huellas de Santa Teresa es algo único y espiritual. Recorrer sus caminos, conocer sus fundaciones y acompañarla en sus viajes es una aventura apasionante. Todavía no he podido ver por dentro del monasterio de San José del Salvador, pese a a las innumerables veces que he visitado este monumento. Ahora, gracias a tu entrada, lo he podido ir conociendo, así como los caminos recorridos por ella y por San Juan de la Cruz. Un abrazo, Miguel y enhorabuena por tus estudios, que tanto nos enseñan.
ResponderEliminarBuenos días Juan Basilio, perdona que no te haya contestado antes, pero las circunstancias manda. Estoy de acuerdo contigo en que seguir las huellas de la Santa Madre es algo único y espiritual…, aún me quedan varios conventos por visitar, pero debido a las circunstancias no lo he podido hacer. Ahora estoy inmenso en ir documentado los que ya he visitado.El próximo:Malagón.Aquí se sigue la regla primitiva y me impresionó bastante la vida que llevan actualmente las hermanas que allí se encuentran.
EliminarVolviendo a Beas, cuando vayamos a Santiago a visitar el molino te prometo enseñarte el convento, los aledaños y caminos por donde anduvo más a fondo. Las papas y las chuletas en Santiago, luego a la hora de comer. Un abrazo y buen día. Ah! Gracias por leerme.
Tu amigo Miguel y saludos a tu hermano.
Ya sabes mi predilección por los caminos. Y a esto se une el interés por la vida de esta Santa con la que tuve un primer encuentro en Pastrana, desde entonces he ido yendo y viniendo por su apasionante vida. Porque a todo lo que se le puede aplicar, podemos decir que como viajera hizo una profunda mella, sus fundaciones así lo atestiguan. Así que no queda más remedio que alabar tu trabajo, porque te empeñas en cada ocasión en sacar a relucir aquello que sembró historia en cada huella, en cada página. Un asombroso relato que continuará. Muchas gracias, un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario amiga Rosa. Yo que he tenido la suerte de conocer el convento de San José en Jaén y estar cerca de las hermanas que allí están, no sabes qué paz y tranquilidad te dan. Yo les digo que el espíritu de la Santa Madre está en ellas, y sobre todo me admiro como pueden evangelizar sin salir de la clausura. Bueno eso si lo sé, es el poder de la oración. Gracias de nuevo por tu apoyo y seguiré con la ruta.
EliminarA medida que voy conociendo y adentrándome en este interesante blog,mi curiosidad y mi sorpresa van de la mano.
ResponderEliminarMe sorprende y a la vez me alegra, encontrar Quijotes por cualquier lugar.
El increíble trabajo de la trashumancia, ya me pareció increíblemente bien elaborado,de una dedicación que hoy no se lleva, y menos en los trabajos de campo. Eso ya sería para mí suficiente, pero cuando voy descubriendo los variopintos temas que domina y su entrega a cada uno de ellos, tengo que darle a sus trabajos el calificativo de Quijotescos, y me quedo corta.
El de Santa Teresa,me ha gustado , porque soy muy dada a admirar las cualidades en el ser humano en general, y está mujer, independientemente, de las creencias religiosas que uno pueda ,o no, tener, se le han de reconocer valores,virtudes y capacidades, que raramente suelen coincidir en una persona.
Hoy, posiblemente, está Santa, tendría muchos detractores, la calificarian con muchos adjetivos,y no todos buenos,pero a mí entender, fue una mujer valiente, integra, incansable en su lucha por conseguir sus ideales,con corazón y muy ejemplarizante, Lastima que después de cinco siglos poco o nada haya prendido la llama de su ejemplo.
Impecable trabajo.
Buenas días y feliz año. Me ha dejado perplejo, y “colorao como un tomate”. No sé qué decirle, pues me atribuye atributos que no llego a ellos ¡ni por casualidad! Le diré que no soy periodista, ni escritor, además para más “inri” leo poco, aunque sí estudio mucho, y que tan solo me mueve compartir mis experiencias vividas, y nada más, pues pienso que lo poquito que uno sabe, si se comparte, mejor. Por cierto tengo a la mejor revisora, además gratis, nuestra amiga Rosa, un poco quisquillosa, pero que le vamos a hacer.
EliminarA la Santa Madre la conocí tarde, y fue a raíz de unas obras que hice en el convento de San José de Jaén, de las que hablo en la primera entrada que publiqué como prólogo de las “Huellas de Santa Teresa”, en la que dejé reflejado lo que sigue:“… Como consecuencia de este hecho, y a lo largo de tres intensos años que duraron las obras y tratando a las hermanas del Carmelo de Jaén, me llené del espíritu que se respiraba en su casa, sorprendiéndome cómo unas monjas desde un claustro pudieron evangelizar de esa manera, aunque yo mismo me contestaba que tenían la mejor de las armas: ¡LA ORACIÓN! Desde entonces, gracias a Dios, no he perdido el contacto con las hermanas, que desgraciadamente algunas ya están con el Padre, y las vocaciones no se prodigan, aunque sé que la Santa Madre las cuida. Eso sí, siguen manteniendo la misma alegría que a mí me trasmitieron desde el primer día que las conocí…”
Estoy convencido que el espíritu de Santa Teresa continúa en cada una de las hermanas carmelitas que hay en sus “palomarcitos”. Gracias de nuevo por su comentario y un saludo.
PD: Estoy ahora con el convento de Villanueva de la Jara, espero terminarlo pronto. .