Es de noche aún y nos
ponemos en marcha una hora antes de lo acostumbrado, pues hoy nos espera la etapa más larga de la
verea ¡25,50 km! desde la tiná del Buen Pastor a +549 m de altitud, hasta la Venta de San Andrés a +635 m, en
Santisteban, a la que llegaremos de noche.
Ascendemos +86 metros, salvando
tan solo un “serrete”, como dicen los de Bailén, en la carretera JV-6231 de Castellar a Chiclana
de Segura, lugar donde sesteamos, y que
los pastores le llaman Los Retamales, por la numerosa vegetación que hay de retamas.
02_Vista de la 4ª etapa desde el satélite.
03_Perfil de la 4ª etapa
04)
05)
Y un poco más adelante ya en el río Guadalimar, nos topamos con el puente Mocho, para mi es el momento más emocionante en toda la verea de invierno. La primera vez que lo pasé se me caían lágrimas como puños. Es impresionante contemplar a 2.100 animales transitar por su calzada, y para que veáis que no exagero nada, os dejo el paso del hato en la verea el pasado noviembre ¡8 minutos apasionantes!
Pinchar aquí ¡8! APASIONANTES MINUTOS DEL HATO ATRAVESANDO EL PUENTE MOCHO (Enlace del vídeo
👉https://youtu.be/LCwrtByuKt8 )
Antes de continuar con
nuestra marcha, quiero resaltar este hito de ingeniería civil que tenemos en
nuestra provincia, por desgracia poco conocido. D. José María Almendral (ICCP) en un
artículo publicado en la Revista de Obras Publicas en el 1985 lo describe: “… El
puente Mocho se trata de un conjunto de dos puentes unidos. El más
antiguo, romano, con desagüe escaso, que funcionó sumergido en las
avenidas.
El puente, descrito desde aguas abajo, consta de camino de acceso, un primer tramo recto con cuatro arcos, dos pequeños de aligeramiento y dos grandes de 7,60 y 7,85 m. de luz, bóvedas con boquillas de sillería y tímpanos de mampostería de gruesos mampuestos careados.
13_ Cerrando el cortejo
14_ Camporredondo
Como hoy vamos más relajados con
el hato, os voy a contar una historia de esta aldea que acabamos de pasar. Cuando terminé mi verea del invierno del
2018, escribía: “…La verea después de
pasar por Camporredondo llega al Campillo que es otro anejo de Chiclana de
Segura. Aquí sobre los años 50 había una posada que le decían de Manuel “El
Guardalmenero”, pues su dueño que procedía de la aldea de la Porrosa junto
al río Guadalmena, de ahí su apodo, se casó con una mujer del Campillo y fundó
la posada.
Me cuenta su hijo Eugenio que ya “peina canas” y amigo
mío desde hace muchos años, por cierto sobre los años 60 estuvo de maestro de
escuela en Santiago de la Espada, que allí solamente se pernoctaba y que no
había comidas. La posada tenía dos grandes cuadras y unos amplios
corrales de tal manera que cuando llegaban “los serranos” como ellos les decían
a los pastores trashumantes, podían dejar a las caballerías en las cuadras y al
hato en los corrales, lo que les suponía poder estar sentados a la lumbre sin
preocupaciones después de unas etapas muy duras desde las cumbres de Santiago.
“Los Serranos” llevaban sus provisiones para la verea, principalmente algo de
matanza y un poco más, además de miel, tabaco verde, alguna manta de
“cujón” de los telares de Santiago, y algún que otro choto. Esto le
servía de moneda de trueque para pagar la posada, el pan, o la paja que le daba
el posadero a las bestias. En cambio ellos dejaban en los corrales estiércol
que luego al posadero le servía para abonar el hortal y el olivar.
También me cuenta que dejaban en la posada algún animal
que iba enfermo o cojo, o alguna oveja preñada a punto de parir y
que suponían que no aguantarían la verea, de tal manera que el posadero se los
cuidaba y a la vuelta en primavera los recogían.
La familiaridad con “los serranos” era tal que alguno
de ellos, un tal Miguel del Pontón Alto, incluso se sentaba a la mesa con sus
padres a compartir la comida.
Al final de la larga conversación mi amigo
Eugenio terminaba diciendo: ¡Qué buenas personas eran estos serranos”! Y digo
yo: ¡Eran y son!...”
17_ Los Retamales, al fondo La Natao en las cumbres de Beas
18_El sesteo en Los Retamales, aún queda la mitad del camino
hasta la venta de San Andrés.
20_ El Santuario Ibérico
Cueva de La Lobera
Ya se nos ha echado la
noche encima y estamos casi llegando al final de la etapa, estamos muy, pero
que muy cansados, pero esta noche es para mí la mejor, pues ponemos las tiendas en el patio de la
antigua Venta de San Andrés frente al solar donde estuvo la ermita del mismo
nombre en Santisteban del Puerto, lugar donde la Santa Madre, Teresa de
Jesús, pernoctó cuando iba a la
fundación de Sevilla, desde Beas.
21
22_Patio empedrado a la entrada de la venta de San Andrés(Se observa el hito que señala el límite de la Cañada Real)
Ya estoy dentro de la tienda, hace un frio que pela y la noche será de aúpa, pero me pongo a pensar y me lleno de emoción por poder caminar por estas rutas trashumantes pensando que antes lo habían hecho personajes de la altura de Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Jorge Manrique…, pero los más importantes: ¡los pastores trashumantes!, que a lo largo de muchos siglos han mantenido viva una tradición y una forma de subsistencia que ha llegado hasta nosotros.
Desde aquí gracias a mis jefes “Los
Carlillos” por haberme dejado participar en su trabajo y convivir con ellos a
lo largo de la verea, aunque sea de manera “virtual”, ya vendrán tiempos
mejores. Por cierto se me olvidaba el hato, como la verea está mallada a ambos
lados, le cerramos con malla cinegética los dos frentes y pasan la noche justo
delante de la venta, la próxima noche dm en la dehesa.
Venta
de San Andrés a 1 de diciembre de 2021
*Textos,
fotos, diapositivas y maquetación: Miguel Mesas Molinos
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