El
pasado lunes, día 1 de junio, el Diario JAÉN me publicó un artículo titulado: <Seis días pegados a “Los Carlillos” por las vereas>, que recoge la crónica de seis días caminando “virtualmente” con
un hato de más de 2.000 ovejas desde la dehesa en Sierra Morena, en concreto desde
el Porrosillo (Arquillos), hasta las Cumbres de Santiago – Pontones, por la "verea de arriba", el que quiero transcribir acompañándolo con fotografías de los sitios
más emblemáticos, y que sirve de resumen
a la crónica diaria que he ido publicando en mi blog “El Chilanco Elías”.
Articulo: <Seis días pegados a “Los Carlillos” por las vereas>
El pasado 25 de mayo me decía:”…Mañana DM mis jefes “Los Carlillos”, mejor “mis amigos”, se van de verea ¡Ya toca! Las ovejas estarán nerviosas, como si las estuviera viendo, de portillo a portillo dentro de la dehesa, pensando en el frescor de los Campos de Hernán Pelea. Yo en cambio este año me toca “quedarme en casa”. Pero si Los Carlillos se creen que me voy a quedar con nostalgia, la tienen cruda. “Virtualmente” los acompañaré día a día, e iré junto al hato dando ánimos. ¡Leche! Pues no se me está haciendo un nudo en la garganta. Hoy día 31 hemos terminado la verea en los Campos de Hernán Pelea en las cumbres de Santiago, las ovejas ya están en la tiná, mañana toca el apartadero… Yo voy a tratar de narrar de la mejor forma posible, la crónica de estos apasionantes seis días por la “verea de arriba”.
Qué es la “verea de arriba”
Cuando
hablo de las rutas trashumantes de la provincia de Jaén, me refiero a ellas con
el término de “la verea”; diferenciando la verea de invierno, a la que
llaman de “abajo”, de la verea de primavera que la llaman de
“arriba”. En su conjunto, la verea circular.
Sobre
el mes de noviembre los hatos trashumantes bajan desde las cumbres de Santiago - Pontones
a Sierra Morena siguiendo parte del Camino de San Juan de la Cruz desde Beas a
Santiago, para continuar por el Camino de Aníbal que pasa por Cástulo
hasta Cartagena, ya en el Condado, y finaliza adentrándose en Sierra Morena:
Vilches, Arquillos, Baños, La Carolina, etc.
De
todos los ganaderos trashumantes de Santiago, son muy pocos los que hacen la verea
circular, pues por lo general bajan y retornan por la verea de abajo; Entre
los ganaderos que hacen la verea circular están los hermanos García
Rico, Los Carlillos, ¡Mis jefes!
En
nuestras largas caminatas detrás del hato por esos caminos de Dios, les
pregunté si siempre habían seguido la ruta de abajo, a lo que me
contestaron que no. En un principio siguieron con las enseñanzas de su padre,
Carlos, que siempre hacía la verea de abajo, tanto a la ida como al
regreso, pero con el inconveniente que en el regreso (hay que situarse a
finales de mayo y con un hato de unos 2.000 animales), había muy pocos sitios donde
las ovejas podían beber agua, en concreto tan solo en el río Guadalimar a su
paso por el puente Mocho, así que decidieron hace unos años “abrir” la ruta de
“arriba”, y nunca mejor dicho lo de “abrir”, pues hasta la fecha esa ruta, que
sí tenía las cañadas definidas y con agua para los animales, pues se vadea el
río Guadalimar por el puente Ariza, el Guadalquivir por el puente de La Cerrá,
el río de la Vega por el "Vado Palomo", el río Cañamares por el
puente romano de Nubla y de nuevo el Guadalquivir, en Arroyo Frío. Había en
cambio un tramo entre el Puente Guarnillos y el cruce de caminos a las Lagunas
de Valdeazores, que no tenía definida por dónde tenía que ir la cañada.
Las etapas
La
“verea de arriba” consta de seis etapas con un total de 120 km. En nuestro caso
empieza en la dehesa de Sierra Morena, en concreto en el Porrosillo (Arquillos),
y termina en los Campos de Hernán Pelea
en las Cumbres de Santiago (Santiago – Pontones).
1ª
Etapa: Desde la Dehesa al Santuario de la Virgen de La Estrella en Navas De San
Juan.
El
primer día los animales ya saben que se van y literalmente saltan de alegría.
Si las dejáramos solas llegarían sin ningún problema a las Cumbres de Santiago.
Este primer tramo de la verea trascurre dentro de la
dehesa hasta dar vista a la carretera nacional Linares - Albacete a la altura
de Navas de San Juan, terminando en la explanada del Santuario de la Virgen de
la Estrella, en donde hay que montar un corral efímero para albergar a los más
de 2.000 animales para que pasen la noche. Este año como anécdota, al no
haberse celebrado la romería de la Virgen de la Estrella, las hierbas de la
zona de acampada tenían una altura considerable, por la mañana parecía que
había pasado una segadora.
2ª Etapa: Desde el Santuario de la Virgen
de la Estrella a Torreperogil
Hoy en el tramo que nos toca, nos topamos con el Renacimiento, pues
atravesaremos el “Puente Ariza” y caminaremos por la “Cañada Real del Paso”
entre las poblaciones renacentistas de Sabiote, Úbeda, Baeza y Torreperogil.
Todo un privilegio para estos pastores trashumantes que hacen la “verea de
arriba”.
Como siempre la verea empieza muy temprano, no antes de haber tomado, a
prisa y corriendo, un café de
“pucherete” con unos dulces de Santiago que Marisol se había traído de la
Matea. Nada más empezar a andar, nos topamos con la imagen en granito de la
Virgen de la Estrella que se encuentra a
la orilla de la carretera, a la que nos encomendamos, pues el día es largo pero
apasionante por donde discurre.
A Domingo le queda una
ardua tarea, lo digo por experiencia: Desmontar el corral efímero que ha
servido para pasar la noche al hato.
La bajada hacia el
pantano de Giribaile ¡espectacular!
El puente Ariza
Fue una obra maestra de Andrés de
Vandelvira; su tercera obra de ingeniería civil que hizo en nuestra provincia.
La acometió después de proyectar y dirigir el puente sobre el río Guadalén en
al camino de Siles a Montiel, y el puente Mazuecos sobre el río Guadalquivir
(aún hoy soporta paso de camiones de hasta 30 TM de carga), próximo a Jimena en
el camino de Granada a Baeza.
Es espectacular ver el paso de un
hato de 2.100 ovejas de raza segureña, junto a los mansos cabríos, las cabras,
los perros careas y los mastines.
La cuesta el Madroñal
Nada más salir del
puente Ariza, queda una cuesta de aúpa hasta llegar al cortijo del Madroñal
donde se hará una parada para almorzar, y que la ovejas descansen las horas de
más calor, para luego a la tarde afrontar otra caminata hasta Torreperogil, no
antes de pasar por un tramo “sucio y peligro” de la verea que circunda Sabiote.
¡Al pan, pan y al vino, vino!
La Cuesta el Madroñal
Ya nos queda pasar por la “Cañada Real del Paso”, como dirían lo de mi pueblo: “La pista Baraja” .
3ª Etapa: Torreperogil – Los Portillos
En la etapa de hoy no
podemos dejar de hablar de los mansos, del paso del hato por el puente de la
Cerrá, del “sesteo”, del paso por el Molar, de los abuelos que nos acompañan un
rato, por interés, para que no se coman
las ovejas sus trigales, que dicho sea de paso los han sembrado en la cañada..
y de los Portillos, que están como dirían los de mi pueblo en ¡El quinto coño!
(La palabra está en el diccionario de la RAE).
Los mansos
En esta etapa de la
verea nos encontraremos con unos “miembros” del hato que son pieza fundamental,
para hoy, y para lo que se nos avecina
en días próximos: ¡Los mansos!
¿Qué
son los mansos? Son carneros castrados, a los cuales se les coloca un cencerro,
cuya finalidad es hacer de guías en el rebaño por ser especialmente pacíficos.
A la hora de pasar arroyos o ríos cuando llevan abundante agua, o simplemente
salir por un portillo de una cerca. El pastor los llama con un grito o un
silbido; los mansos que por lo general caminan casi al final, se ponen al
frente del hato, pasando a ser los primeros y llevándose detrás todo el rebaño.
Los Carlillos se sienten, al igual que la
mayoría de los pastores trashumantes, muy orgullosos de sus mansos; ellos
tienen seis ejemplares de colores variopintos con el fin que se vean bien en el
hato. Los eligen cuando son chotos; el criterio: su experiencia y olfato de
pastor. Desde pequeñillos los educan para que vayan delante del hato
“regañándoles” como se suele decir, y acompañando a los mansos mayores de los
que van aprendiendo, al igual que los careas.
EL Puente de la Cerrá
Este año los animales
van mucho mejor en comparación con el pasado, pues debido a la sequía que sufrimos el año
pasado, llevaban ya tres jornadas sin beber agua e iban sedientos. Este año al
estar el camino plagado de “mucho verde”, los animales al caminar dan “un
bocado allí y acá” y no llevan tanta sed, pero las “jodidas” ovejas saben que
ya está próxima el agua, y que podrán hincharse y sestear. Lo tienen grabado en
su ADN aunque no os lo creáis.
Camino del Molar
Es las 4 de la
tarde, de nuevo el hato en marcha por la
ribera del Guadalquivir, camino del
Molar. Los animales después de beber
agua, comer algo y el “sesteo”, de nuevo con fuerzas. Ya va quedando menos para
entrar en los terrenos del parque natural de Cazorla, Segura y las Villas.
4ª Etapa: Los Portillos – El Puerto de
Las Palomas
Este tramo de la verea tiene tres partes bien diferenciadas. Una de
mañana que discurre próxima al río de La Vega, el que hay que cruzar por un
vado. Otra en las horas de más calor del día, como dicen los pastores: Un
“sesteo” tanto para los animales como para los acompañantes, y otra por la
tarde que es de aúpa. La tarde discurre por una pura cuesta, pero cuesta,
cuesta… aunque al final tiene premio pues se pasa la noche en el puerto de Las
Palomas, ya en nuestras sierras, rodeados de pinos y con unas preciosas vistas
al valle del Guadalquivir.
El paso del río de La
Vega por el "Vado Palomo"
A unos escasos kilómetros de los Portillos nos encontramos con el
río de La Vega, el cual hay que vadear por un paso que los lugareños lo
llaman “Vado Palomo”. Para el paso del río se pone a prueba la maestría de los
Carlillos manejando a sus “mansos cabríos”. Sin la ayuda de estos, lo tienen
difícil las ovejas para cruzar el caudal del río.
Después de vadear el río nos queda unos kilómetros por la carretera que va desde Cazorla a Santo Tomé, justo hasta el cruce en donde se encuentra la ermita de Nubla, junto a los restos del torreón homónimo del siglo XIII.
El paso del río Cañamares por el puente romano de Nubla
El calor del mediodía, una vez que cruzamos el Vado Palomo, lo pasamos
en el paraje de Nubla sesteando con el hato, en concreto en las inmediaciones
del cortijo de la Puente, justo antes de cruzar el río Cañamares por el puente
romano de un solo arco de medio punto. La contemplación del puente sirve de modelo, a mi entender, para enseñar
de una forma clara las partes que forman el “puente romano”: La clave, las
dovelas, el trasdós, el intradós.
Debajo del arco, el río forma un
“chilanco” que los pastores después de cuatro días de marcha agradecen para
asearse, incluido el que suscribe; el agua está un poco fría, por no decir una
picardía, pero se aguanta ¡chapuzón y a
la calle!
El puente romano en el paraje de Nubla sobre le río Cañamares
El puente romano en el paraje de Nubla sobre le río Cañamares
El vadeo del río Cañamares
Ya queda más de 5 horas
cuesta arriba hasta llegar a Burunchel. El paso del hato por sus calles es algo
espectacular. Los vecinos asomados en sus balcones observan su caminar hacia el puerto de las Palomas, donde se hace
un corral efímero y se pasa la noche.
5ª Etapa: El Puerto de Las Palomas –
Puente Guarnillos
Después de pasar una noche “fresquita” en el puerto de Las Palomas, pues
estamos a 1.168 metros de altitud, y en una zona en la que “chufla” el viento
por todos los sitios, eso sí con vistas ¡espectaculares!
El hato se pone en marcha, 1,7 km nos
separan del Arroyo Frío, pero con una pendiente del 22,70% desde 1.168 m a los
787 m.
El paso del río Guadalquivir por el paraje de Arroyo Frío
Ya estamos llegando a nuestro destino, queda tan solo una etapa, aunque el
tramo de la tarde hasta subir desde Arroyo Frío hasta el puente Guarnillos, o
como dicen los de mi pueblo, ¡manda narices!
La ventaja es que aquí ya estamos en la sierra y las animales lo saben. Ya
ha quedado atrás la hierba de la dehesa, el caminar por los olivares, el erial
de los trigales ya secos por el Molar… No hay nada más que ver a los animales
en las cristalinas aguas de nuestro río ¡El Guadalquivir! muy próximo a su
nacimiento.
La subida a Puente Guarnillos
Después de
comer y de la sobremesa, iniciamos el ascenso al Puente Guarnillos, que es
duro, muy duro. En 5,2 km se asciende
desde la cota 787 metros (Arroyo Frío) a la 1641 metros de altitud (Monte
Guardahornillos), es decir un 16,43%, eso sí, el ascenso es espectacular por
las vistas que se divisan del valle y las montañas de su alrededor.
El Puente Guarnillos es el puente de las “tres mentiras”, pues ni hay río,
ni puente y el monte donde está se llama Guardahornillos. Para más señas el
lugar se encuentra en una planicie a 1.570 metros de altitud en pleno corazón
del parque natural de Cazorla, Segura y las Villas (TM de Cazorla).
6ª Etapa: Puente Guarnillos – Los Campos
Hoy
es el último día de verea, estamos ya en nuestra sierra y si no pasa nada, esta noche Los Carlillos podrán estar con sus
familias en La Matea, que dicho sea de paso, llevan desde marzo sin poder
verlas debido a las circunstancias que estamos viviendo todos, pero hay que
darle gracias a Dios y a nuestra
Pastora: ¡La Milagrosa!, que nos ha
guiado hasta aquí, al menos así lo pienso y lo digo.
Los caminos de piedra entre Puente
Guarnillos y el Collao
Al
inicio decíamos que la mayoría de los ganaderos trashumantes de Santiago hacían
la verea de abajo, es decir subían y bajaban por el mismo camino. Los Carlillos
son de los pocos que hacen la verea circular, dándose la circunstancia que
fueron ellos quienes “abrieron” una nueva ruta entre el Puente Guarnillos y el
Collao, a través de los “caminos de piedra”.
Después
de mucho pensarlo, y oír a numerosos ganaderos que les decían que estaban
locos, eso sí con buena intención, y tras preparar los “mansos” para que les
sirvieran de guía del hato, se pusieron mano a la obra y regresaron por
la verea de arriba.
La etapa más difícil. Se asciende en unos 5,20 km
desde la cota 787 a la 1.641 m con una pendiente de 16,43% y además con 2.000
ovejas ¡toda una odisea!
Pero
el verdadero problema fue cuando acometieron, después de pasar la noche en el
Puente Guarnillos, el tramo de verea hasta los campos, atravesando una planicie
rocosa y con un arbolado denso entre los 1.650 a 1.750 metros de altitud.
¿Qué fue lo que les sirvió de guía?, pues nada más y nada menos que una
red de caminos de piedra entrelazados entre sí que encontraron y que su
intuición les aconsejó seguirlos; recordando estos caminos, con sus hitos de
señalización, muros de contención en piedra seca, su pavimento… son las
calzadas romanas.
Epílogo
Al final los
Carlillos se valieron de senderos que los antecesores vecinos de la sierra
hicieron para poder sacar, a mi entender: el carbón, la madera, la nieve para
los pozos, las plantas… con la ayuda de animales de carga, o bien para
cazar utilizando métodos primitivos que ya se usaban en la Edad Media, además
de poder atravesar las sierras en busca de nuevas conquistas en épocas remotas.
La grandeza de todo esto es que los caminos perduran en el tiempo y aún ahora
se están utilizando para una actividad tan antigua como el hombre: La
trashumancia.
Miguel
Mesa Molinos
Jaén, 5 de junio 2020
Texto, fotos, maquetación : Miguel Mesa Molinos
Merecido reconocimiento al autor que sale a hacer sus reportajes y se integra en el medio, porque para poder explicarnos todo esto hay que vivirlo y sobre todo disfrutarlo. Muchas gracias.
ResponderEliminarAmiga Rosa, gracias por tu comentario. Me decía una persona que leía cada día lo que iba publicando, que me sabía de memoria la verea, y la verdad es que tengo memorizado cada tramo, cada rincón… pues este año hubiera sido la octava vez que acompañaba a los Carlillos. A los largo de cuatro años, no solamente en la verea en sí, también en las vivencias que he ido teniendo en ferias ganaderas, exposiciones fotográficas, charlas en la UJA, y en la UNIA… que he participado, han hecho que todos estos recuerdos estén muy recientes en mi memoria, todo gracias a de Dios, que me la conserva… También he tenido la suerte,en toda esta historia, de contar con tu apoyo en multitud de ocasiones: con tus ánimos, tu ayuda en lo que he ido publicando… dándote las gracias desde aquí. Un abrazo de tu amigo Miguel.
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