domingo, 24 de junio de 2018

HISTORIAS EN LA VEREA: “EL HOSPITAL DE DÍA” DE LOS HERMANOS VALLE


Cuando conocí por vez primera a los “Carlillos” en la Matea, Domingo, el hermano mayor me dijo una frase lapidaria: “Ten siempre en cuenta que los animales son los primeros en la verea”. En aquel momento no me di cuenta de la transcendencia de lo que me decía, pero al cabo de 4 vereas tengo las cosas muy claras al respecto. Esto viene a cuento de lo que  voy a ir contado en una serie de nuevas publicaciones que he titulado “HISTORIAS EN LA VEREA”, esperando ser capaz de trasmitir pequeñas vivencias y emociones que he ido sintiendo a lo largo de esta verea de primavera.

Este año los Hermanos Valle: Doroteo y su hermano Paco y el hijo de éste, Paco, nos llevaban un día de delantera en la verea, coincidiendo con ellos en el último día, pues nos dejaban libre la “tiná” en los Campos para que los Carlillos pudieran meter esa noche el hato, y hacer el apartado de las ovejas al día siguiente.


F1) EL HATO, YA EN LOS CAMPOS, LLEGANDO AL FINAL DE LA VEREA. AL FONDO LA TINÁ


A media mañana fuimos Domingo y el que suscribe de avanzadilla a ver a “Los Valle”. Estaban ya recogiendo y Doroteo se fue de inmediato con el hato para la Matea; su sobrino Paco se quedó recogiendo ya lo último.  Me fijé en el remolque y me sorprendí al ver en  su interior a unas cabras,  y a Paco entrar presto a la tiná a recoger a su perra Carea “India”. Le pregunté por qué las dos cabras, una madre y una chota,  estaban en el interior del remolque, y qué le pasaba a India para que fuera también allí, a lo que me respondió contándome unas historias llenas de cariño a sus animales, pues además de la ovejas, los mansos, los machos y los borregetes, los careas y los mastines también forman parte del hato.

F2) PACO VALLE HIJO, POR CIERTO DE PROFESIÓN: PASTOR, PREPARANDO EL REMOLQUE ANTES DE INICIAR SU MARCHA.

    Me contó que una mañana en la marcha observaba a una cabra que se iba dando unos “calamochetazos” con todo lo que se encontraba en el camino, y su cría, una chota vivaracha, la seguía totalmente despistada. Por desgracia la cabra se había quedado ciega; la cogió, la metió en el remolque y a su cría con ella, hasta que llegaron a la Matea. Le pregunté: ¿y después qué? , a lo que me contestó, con todo lo grande que es, que por desgracia no tenía solución pero que iba a vivir fenomenal en el cortijo !que bastaste tenía con ser ciega!



F3)


 F4) LAS MIRADAS DE LA MADRE Y DE LA CHOTA LO DICEN TODO.


    Sobre su carea “india” me contó que después del “sesteo” en Arroyo Frío se marcharon por la tarde hacia el Puente Guarnillos, que por cierto les llovió de tal manera que se les “calaron hasta los calzoncillos”; cuando llevaban andando un rato observo que “india” no venía detrás del hato, extrañado, volvió hasta llegar al improvisado corral en el parque de Arroyo Frío, y después de buscar por los alrededores, encontró a India debajo de una árbol ¡había parido a tres criaturas!. Así que volvió con el remolque y para adentro, la perra y sus crías, junto a la cabra y la chota. El remolque ya se había convertido en un ¡hospital de día volante!


 F5) INDIA MIRA A SUS TRES CRÍAS QUE PACO SOSTIENE EN SUS MANOS


F6) TRES FUTUROS CAREAS O ¿FUTURAS?


  F7) INDIA EN EL REMOLQUE; OS FIGURARÉIS DÓNDE ESTÁN LOS PERRILLOS
¡COMO PARA QUITÁRSELOS!


Ésto que “los Valle” han hecho, contrasta con tanto “hijo de su madre” que dejan a sus perros tirados por ahí, si nos los apalean y ahorcan,  y de eso tengo dos experiencias con dos mastinas que las cuidó mi hija de “familia de acogida”, hasta que fueron adoptadas por dos familias francesas. A ambas les puse de nombre: ¡PASTORA! en honor a todos los ganaderos trashumantes que tanto cuidan a sus perros; tal vez no les hagan ninguna “cuquimona”,  como le hacemos los de ciudad, pero a cuidarlos no hay quién les ganen.

Jaén, 24 de Junio 2018


*texto, fotos y maquetación: Miguel Mesa Molinos


2 comentarios:

  1. Qué entrañable lo que en esta entrada narras. No se entiende un pastor sin sus perros, como sin sus ovejas. Si algo he aprendido en todos los viajes que he hecho es de que siempre se ha de tener un momento, sin prisas, para hablar con ellos, para escucharles y seguir sus consejos. Lo agradecen, yo también. La mejor escuela es el campo y ellos, los maestros. Un saludo.

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    1. Sé que en tus caminatas por esos rincones de Dios, has hablado muchas veces con los pastores que te has encontrado en el camino, dejando constancia en tu blog de su sabiduría y de su sencillez. Un abrazo.

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