Publicado por Ginés Donaire
20 de septiembre 2022
EL
INVESTIGADOR JIENNENSE MIGUEL MESA PUBLICA UN LIBRO QUE RECORRE LOS ENCLAVES DE
LAS CIUDADES TERESIANAS.
Con
motivo de la conmemoración del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de
Jesús en la ciudad de Ávila, en 2015, surge la unión de las Ciudades Teresianas
bajo la denominación «Huellas de Teresa de Jesús» como una propuesta cultural y
patrimonial para dar a conocer la obra y legado de la declarada «Doctora de la
iglesia», a través de la difusión de las distintas Fundaciones Conventuales que
creó por toda la península. Y esa filosofía es la que ha inspirada al jiennense
Miguel Mesa, un apasionado del patrimonio y de la naturaleza, para publicar el
libro “Las Huellas de Santa Teresa de Jesús”. Se trata de un viaje a través de
ocho conventos carmelitanos o «palomarcitos»: Beas de Segura (Jaén), Caravaca
de la Cruz (Murcia), Granada, Sevilla, Malagón (Ciudad Real), Villanueva de la
Jara (Cuenca), Alba de Tormes (Salamanca) y Ávila, de los 17 que fundó Santa
Teresa de Jesús a lo largo de su vida. Santa Teresa de Ávila es un personaje
vital, mundialmente conocido, no sólo por su influencia en la historia de la
iglesia católica sino también por la aportación a las letras españolas con su
poesía mística, y por ser una persona fascinante que dejó huella en todos los
que la conocieron. Hasta el año 2006 Miguel Mesa nunca había entrado en un
convento carmelitano. Por su profesión, llevó a cabo una importante obra de
reforma y adaptación de una edificación existente en el casco histórico de Jaén
que lindaba con el convento de las Carmelitas, San José del Salvador. Y fue ahí
donde le atrajo la idea de sumergirse en las huellas de Santa Teresa.
El Monasterio de San José del Salvador de Beas de Segura, es una de las paradas que más protagonismo tiene en la obra de Miguel Mesa. Fue fundado por la misma Santa Teresa de Jesús el 24 de febrero de 1575 (F 22,4), día de San Matías, con la celebración de la Misa. Fue la décima fundación de Santa Teresa. Ella misma cuenta que estando en Salamanca le había sido solicitada por la familia Godínez de Sandoval, cuyas dos hijas: Dª. Catalina Godines y Dª. María Sandoval, que llevaban una vida monacal en sus casas y que deseaban entrar en un convento, la fundación de un monasterio en la Villa de Beas; la Santa, después de consultarlo y pensar detenidamente el asunto, se decidió a ello pues oyó hablar bien del lugar y de las gentes de Beas y allí se encaminó, tanto que escribió “Dijéronme grandes bienes de la tierra y con razón que es deleitosa y de buen temple” en donde fue muy bien recibida por la población.
Este convento de Descalzas será el primero en tierras andaluzas, aunque Beas, eclesiásticamente, no perteneciera a la Diócesis de Jaén, sino al Obispado de Cartagena como Vicaría propia de la Orden de Santiago; al principio parecía disparatado; se le aconsejó pidiera los permisos oportunos, pero con la casi seguridad de no conseguirlos, sin embargo. En este monasterio se encontró la Santa con el P. Jerónimo Gracián, Provincial de Andalucía, con el que intercambió opiniones sobre la Reforma del Carmelo y los problemas con los Calzados. Santa Teresa dejó fundado y en marcha el monasterio, haciendo una valoración muy positiva de las gentes de esta tierra; desde aquí partió para fundar en Sevilla, quedando San Juan de la Cruz como capellán y confesor de las monjas, atendiéndolas desde el monasterio de Nuestra Señora del Monte Calvario. En la actualidad en el convento las hermanas carmelitas siguen con el estilo de vida contemplativa y fieles a su Regla primitiva. También, además de sus trabajos cotidianos, confeccionan formas para la celebración eucarística. Otro monasterio que se analiza en la obra es el de Nuestra Señora del Monte Calvario: “El Calvario”. En octubre de 1578 llegó a Beas San Juan de la Cruz tras su huida de la prisión de Toledo para establecerse como prior del monasterio de Nuestra Señora del Monte Calvario, permaneciendo allí unos dos años (1578-79), encontrando la paz espiritual que él buscaba. La ermita del Calvario dista de Beas casi dos leguas (unos 8,5 km), encontrándose en un lugar muy abrupto de la sierra de Las Villas. Desde este enclave aislado y retirado de las tensiones entre calzados y descalzos, realiza regularmente visitas a las monjas Descalzas de la fundación de Beas de Segura, de la que era priora Ana de Jesús. Entre ambos se desarrolla una entrañable amistad, que explica la dedicatoria de las Declaraciones al Cántico Espiritual. En este entorno sosegado y relajante, en plena naturaleza, disfruta de una etapa de fecunda creatividad: Cautelas, Avisos, Montecillo de Perfección, el poema Noche Oscura y comentarios aislados a las estrofas del Cántico.
Esculturas de Santa Teresa y San Juan de la Cruz en Beas de Segura arriba, plaza de Santa Teresa en Beas.
Este camino, que también forma parte del
camino de San Juan de la Cruz, era el que Fray Juan recorría desde el
monasterio del Calvario a Beas en sus frecuentes visitas para confesar a las
monjas. “Los estudios dedicados en exclusiva a la faceta más caminera de los
viajes de Santa Teresa no son muy abundantes. Sin embargo, tenemos una
excepción en los trabajos del carmelita descalzo Efrén de la Madre de Dios, que
publicó en el año 1982 un trabajo titulado “El primer viaje de Santa Teresa a
Jaén”, dedicado a desarrollar el itinerario seguido por Teresa de Jesús para
realizar su fundación en Beas, así como el tramo dentro de la provincia de Jaén
de su viaje a Sevilla. En otras obras del mismo autor el estudio abarca la
totalidad de este viaje, incluyendo el paso por las provincias de Córdoba y
Sevilla. El camino hacia Beas: el paso de Sierra Morena Los escritos de Santa
Teresa no hacen mención del camino que llevaron para realizar la fundación en
Beas de Segura, porque el último punto contrastado es su estancia en Malagón,
al norte de Ciudad Real. El viaje comenzó con la salida de Santa Teresa de
Medina del Campo el día 2 de enero, desde donde se dirigiría hacia Toledo, para
tomar el Camino Real de Córdoba, parando en Malagón”, expone Miguel Mesa en su
libro.
Ginés Donaire.
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