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miércoles, 23 de diciembre de 2020

CRÓNICA DE CINCO DÍAS ACOMPAÑANDO A “LOS CARLILLOS” VIRTUALMENTE POR LA “VEREA DE ABAJO”

Publicado el 22 de diciembre del 2020 en el Diario JAEN 
Provincia: LA TRASHUMANCIA, AL DETALLE

  

Los Carlillos se van de nuevo de “verea de invierno” o “verea de abajo” ¡Ya toca otra vez! En el pasado mes de mayo hicieron la “verea de arriba” desde el Porrosillo, enclave que pertenece a Arquillos, hasta los Campos de Hernán Pelea en las cumbres de Santiago de la Espada, y a mí me tocó hacerla “virtualmente” desde mi casa por el dichoso coronavirus. De nuevo toca otra vez estar en casa, a mí, y a muchísima gente… así que iré acompañándolos con mis recuerdos de otros años, caminando junto al hato, con los careas esperando órdenes y los mastines pendientes de mí para que no me despiste.



Qué es la “verea de abajo”


Cuando hablo de las rutas trashumantes de la provincia de Jaén, me refiero a ellas con el término de “la verea”; diferenciando la verea de invierno, a la que llaman de “abajo”, de la verea de primavera que la llaman de “arriba”. En su conjunto, la verea circular. Sobre el mes de noviembre los hatos trashumantes bajan desde las cumbres de Santiago - Pontones a Sierra Morena siguiendo parte del Camino de San Juan de la Cruz desde Beas a Santiago, para continuar por el Camino de Aníbal que pasa por Cástulo hasta Cartagena, ya en el Condado, y finaliza adentrándose en Sierra Morena: Vilches, Arquillos, Baños, La Carolina... A esta le llaman la “verea de abajo”.

 

Dos etapas preparatorias para repretar a las ovejas

 

En nuestro caso, los Carlillos tienen repartidos a sus animales en dos hatos: Unas 1.300 ovejas se encuentran en los Campos de Hernán Pelea, y el resto, unas 1.000, que son las que parirán en enero en la dehesa, en sus instalaciones del Castillico en La Matea.

 

Antes de empezar las etapas de la verea, hay dos días de preparación. El primero consiste en “repretar” o juntar a las ovejas de los Campos y bajarlas a La Matea. El segundo día hay que preparar a los mansos, poner los cencerros, contar a los animales, preparar el vehículo de apoyo con los enseres que serán necesarios en el camino: Las mallas cinegéticas para los corrales efímeros que hay que preparar para pasar las noches, los víveres para los perros, los caballos y los pastores, las tiendas de campaña para dormir…, y al tercer día al amanecer ponerse en marcha.

 

Las etapas del camino

 

A lo largo de 5 días y recorriendo unos 100 km, atravesaremos la cumbre del Almorchón (1.718 m), Pontones y la aldea de La Ballestera, hasta llegar a pernoctar en la explanada de Hoya Morena (1.500 m). Seguiremos hacia las aldeas de Hornos El Viejo y Cañada Morales, para dormir en La Lancha (1.198 m), en la cumbre de la Natao en Beas de Segura.  Bajaremos por la “Cuesta de Los Pozos” a pernoctar en los corrales del Buen Pastor en el Cornicabral (549 m). Atravesando el puente Mocho, nos dirigiremos hacia Camporredondo, El Campillo, y por el Camino de los Cartagineses hacia Castellar para pernoctar en la venta de San Andrés en Santisteban. Desde aquí por Navas de San Juan al Porrosillo en Arquillos.

 

A lo largo de nuestro caminar nos cruzaremos con fray Juan en su camino desde Beas al Monte Calvario, y con Teresa de Jesús por el “Empedraillo” en su camino a la fundación del convento de San José en Beas, o con Jorge Manrique junto al puente Mocho,  en su caminar desde Segura de la Sierra a sus castillos de Chiclana de Segura o Montizón. Dormiremos de nuevo junto a la Santa Madre en la Venta de San Andrés en Santisteban,  cuando iba desde Beas a la fundación de Sevilla. Veremos a nuestros antepasados íberos caminando de peregrinos al santuario de la Cueva de La Lobera,  y nos cruzaremos con Aníbal en su caminar desde Cástulo a Cartago Nova. 

 

1ª Etapa: El Almorchón – Pontones –Casas de Carrasco – La Ballestera – Hoya Morena.

El inicio de nuestra nueva “aventura virtual” es en las instalaciones del Castillico que tienen Los Carlillos en La Matea. Aquí se encuentran ya todos los animales, unos 2.300 entre ovejas y cabras.  El final de la etapa será en Hoya Morena a 1.079 metros de altitud, después de haber recorrido 16,83 km. 

Esta primera etapa es dura, pero dura, dura… Desde las 8 de la mañana,  hasta las 8 de la noche, bajando y subiendo cuestas.                                                                                                           

Después de ascender al Almorchón y bajar a Pontones,  el hato pasa muy cerca de la aldea de “Las Casas de Carrasco”.  Tras tomar al medio día “un bocao” de pie en el “Collao de las Casas” o la “Tiná del Tuerto,  descendemos a través de un agreste terreno a la aldea de La Ballestera, para ascender a Hoya Morena.   

Ya en Hoya Morena, el hato queda resguardado bajo pinares y chaparros para pasar la noche en un corral que allí existe. Los mastines pasarán la noche dentro del corral al cuidado de “sus hermanas” de los innumerables zorros, jabalís y otros animales que pululan por alrededor del corral a ver que pillan… el resto del personal, después de cenar alrededor de una buena lumbre, al “catre” después de un largo, largo, largo día…


2ª Etapa: Hoya Morena – La Lancha en las cumbres de Beas.

Hoy partimos del corral efímero de Hoya Morena a 1.079 metros de altitud, hasta la Lancha en las cumbres de Beas de Segura a 1.198 metros,  después de haber recorrido 13,69 km. 

Descendemos a la aldea de Hornos el Viejo, dejando la aldea de La Platera a nuestra izquierda; después de cruzar la carretera A-317 por el mirador “Mora de los Canalizos”, continuamos buscando el puente que atraviesa el río Hornos en la carretera A-319,  pues a nuestra izquierda tenemos el embalse del Tranco que hay que salvar para llegar a la aldea de Cañada Morales. Después de almorzar y dejar a los animales un rato de sesteo y ordeñar algunas cabras para aligerarles las ubres,  afrontamos una subida “espeluznante” a las cumbres de Beas para pernoctar en la Lancha. Aquí, para que pasen la noche dejamos a los animales a careo,  y ellos solos se buscan la vida bajo los chaparros o los majestuosos pinos laricios y negrales que existe en esta hoya, donde las noches son frías y en muchas ocasiones nos ha llovido e incluso nevado, como ha sido esta noche. 

En la bajada hacia el río Hornos dejamos a nuestra derecha, muy próxima la población de Hornos de Segura, pueblo con un encanto especial que bien merece la pena visitarlo.

 


3ª Etapa: De la Lancha en las cumbres de Beas al Cornicabral.

De nuevo nos ponemos en marcha desde “La Lancha” a 1.198 metros de altitud en las cumbres de Beas, para llegar, tras recorrer 13,31 km, a la tiná del Buen Pastor en el Cornicabral en Beas de Segura,  salvando dos escollos de aúpa: “La Natao” y la “Cuesta de Los Pozos” de una dureza extrema,  sobre todo por lo mal que la tienen conservada las administraciones y los vecinos colindantes.

 

- El Camino del Calvario y el Camino de San Juan de la Cruz -

 

Dejando atrás los pinares, encinas, chaparros… que nos han ido acompañando desde que salimos de La Matea, entramos ya en los olivares de pendiente dando vista a Beas, encontrándonos con el Camino de San Juan de la Cruz y con el Camino del Calvario.  

El Camino de San Juan de la Cruz por el que transitamos, forma parte del camino que utilizaba Fray Juan (San Juan de la Cruz), aquel a quien Santa Teresa llamaba cariñosamente “medio fraile”, para viajar a pie o en caballería desde Beas a Caravaca de la Cruz (Murcia), para fundar el convento de los Frailes Descalzos en 1586, camino que pasa por Hornos, Pontones, Santiago de la Espada, Pedro Andrés, Nerpio y El Sabinar. 

El Camino del Calvario, que también forma parte del camino de San Juan de la Cruz,  se inicia en Beas, donde en 1575 Santa Teresa de Jesús fundó el primer convento de Descalzas de Andalucía, llegando Fray Juan de la Cruz en 1578 para asistir a sus monjas y establecerse como prior del monasterio de Nuestra Señora del Monte Calvario. 

Al atardecer llegamos a la tiná del Buen Pastor en el Cornicabral. Al hato antes de meterlo en el corral para que pasen la noche, le damos “careo” (las dejamos a su aire, pero vigilándolas) en una pequeña dehesa de encinas para que se coman las numerosas bellotas, que con la ayuda de los callaos, tiramos al suelo. Después de una cena con matanza de La Matea y cerveza fresquita que el hatero, Domingo, siempre nos prepara y alrededor de la lumbre, toca descansar después de un día larguísimo… entre frío, lluvia, mucho barro… pero con la alegría de que los animales ya huelen la dehesa y saben que han dejador atrás el frio de las cumbres de Santiago. ¡Hasta mañana! 

 

4ª Etapa: Del Cornicabral a la Venta de San Andrés 

Es de noche aún y nos ponemos en marcha una hora antes de lo acostumbrado,  pues hoy nos espera la etapa más larga de la verea ¡25,50 km! desde la tiná del Buen Pastor hasta la Venta de San Andrés en Santisteban, a la que llegaremos de noche.

        

- El Empedraillo -

 

Nada más salir primero nos encontramos en la calzada romana que los lugareños llaman “La era del Empedradillo”. Esta vía es una bifurcación del llamado “Camino de Aníbal”, camino cartaginés que partiendo de Cástulo pasaba por Navas de San Juan, Santisteban, Montizón y atravesaba por las provincias de Ciudad Real y Albacete para unirse a la de la costa mediterránea por Saetabis (Játiva).

 

- El puente Mocho –

 

Y un poco más adelante ya en el río Guadalimar, nos topamos con el puente Mocho. Es impresionante contemplar a 2.500 animales transitar por su calzada. Este hito de ingeniería civil que tenemos en nuestra provincia, por desgracia poco conocido. D. José María Almendral (ICCP) en un artículo publicado en la Revista de Obras Publicas en el 1985 lo describe: “El puente Mocho se trata de un conjunto de dos puentes unidos. El  más antiguo, romano, con desagüe escaso, que funcionó sumergido  en  las  avenidas.

     El puente, descrito desde aguas abajo, consta de camino de acceso, un primer tramo recto con cuatro arcos, dos pequeños de aligeramiento y dos grandes de  7,60 y 7,85 m. de  luz, bóvedas con boquillas de sillería y tímpanos de mampostería de gruesos mampuestos careados.

      El arco más próximo al estribo derecho, término de Chiclana de Segura, es asimétrico; el lado izquierdo es  una especie de  arco rampante, en cambio el derecho es de medio punto. El otro arco grande no tiene esa  anormalidad. El tramo de puente próximo al estribo izquierdo es más bajo; tiene dos arcos de medio punto, sillería clásica romana con tajamar   del lado de aguas arriba parcialmente destruido...”

 

Continuaremos nuestro caminar atravesando las pedanías de Chiclana de Segura: Camporredondo y El Campillo para sestear y tomar un bocado en los Retamales.

 

Al pasar por estas pedanías nos viene a la mente las posadas que allí había en otros tiempos, como la del  “Guardalmenero” en El Campillo, en las que  los pastores trashumantes podían dejar a las caballerías en las cuadras y al hato en los corrales, lo que les suponía poder estar sentados a la lumbre sin preocupaciones después de unas etapas muy duras desde las cumbres de Santiago. Los pastores llevaban sus provisiones para la verea, principalmente algo de matanza y un poco más,  además de miel, tabaco verde, alguna manta de “cujón” de los telares de Santiago,  y algún que otro choto. Esto le servía de moneda de trueque para pagar la posada, el pan, o la paja que le daba el posadero a las bestias. En cambio ellos dejaban en los corrales estiércol que luego al posadero le servía para abonar el hortal y el olivar. 

 

 - La Venta de San Andrés -

 

A la tarde pasamos próximos a los Altos del Sotillo, donde se encuentra el santuario íbero de la Cueva de La Lobera en Castellar, para finalizar nuestra etapa en la Venta de San Andrés. 

Ya se nos ha echado la noche encima y estamos casi llegando al final de la etapa, estamos muy, pero que muy cansados, pero esta noche es para mí la mejor,  pues ponemos las tiendas en el patio de la antigua Venta de San Andrés frente al solar donde estuvo la ermita del mismo nombre en Santisteban del Puerto, lugar donde la Santa Madre, Teresa de Jesús,  pernoctó cuando iba a la fundación de Sevilla,  desde Beas. 

Hace un frio que pela y la noche será de aúpa, pero me pongo a pensar y me lleno de emoción por poder  caminar por estas rutas trashumantes pensando que antes lo habían hecho personajes de la altura de Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz,  Jorge Manrique…, pero los más importantes: ¡los pastores trashumantes!, que a lo largo de muchos siglos han mantenido viva una tradición y una forma de subsistencia que ha llegado hasta nosotros.

 

5ª Etapa: De la Venta de San Andrés -A la dehesa del Porrosillo

Nos ponemos de nuevo en marcha para afrontar la última etapa: 21.10 km. Dejamos atrás Santisteban del Puerto. A dos kilómetros del pueblo llegamos al paraje del yacimiento de las Erillas Blancas, en donde se encuentran diferentes huellas de dinosaurios del periodo Triásico. Ya hemos pasado Navas de San Juan. Es mediodía, toca el almuerzo y un descanso para el hato.

Después del almuerzo hay que ordeñar a las cabras para aligerarles las ubres. Aquí todo el mundo tiene una misión, desde la vaca, los perros, los mansos, las cabras, los caballos y hasta el aprendiz que suscribe. Antes de afrontar la tarde y llegar a la tiná de la dehesa,  hay que contar a los animales ¡uno a uno! 

Final de la etapa, pero no de la verea, queda el apartado y repartir las ovejas por la dehesa, pero eso será mañana después de descansar por fin en ¡una cama! como Dios manda.

Epílogo

Hemos caminado entre pinares, encinas, chaparros, olivares, calzadas romanas… hemos atravesado cortijadas y aldeas, sintiendo la grandeza de todos estos caminos que aún perduran en el tiempo,  y que siguen utilizándose para una actividad tan antigua como el hombre: La trashumancia. 

Jaén, 22 de diciembre 2020


*Texto y maquetación:  Miguel Mesa Molinos 

 

 


sábado, 19 de septiembre de 2020

EL MOLINO DE LOS ÁNIMAS

 "Un hito industrial en el Camino de San Juan de la Cruz: El Molino de los Ánimas''

 Artículo del Manuela Rosa Jaenes en el Diario JAEN 19/09/20   


Texto:

Reivindican la recuperación de una industria única en Santiago de la Espada

 

MANUELA ROSA JAENES

   E Está ubicado en Santiago de la Espada, núcleo de población de Santiago-Pontones, en un lugar poco recorrido y especialmente deshabitado de la Jaén ''vaciada''. En el Camino de San Juan de la Cruz, inmerso en un paisaje de ensueño, se alza una especie de cortijada que, hace más de cien años, era una auténtica industria.

   Se trata de un molino harinero, una central hidroeléctrica y una fábrica de borra que tuvo su esplendor a principios del siglo pasado y que, hoy en día, a punto está de caer en el olvido, en el abandono y, por supuesto, en la total desaparición. Un estudio intenta sacar a la luz una auténtica joya con la ayuda de las administraciones públicas.

   "Un hito industrial en el Camino de San Juan de la Cruz: El Molino de los Ánimas''. Así se titula el pormenorizado documento realizado por el jiennense Miguel Mesa, quien consiguió contactar con los dueños del edificio para intentar poner al servicio del turismo algo que fue todo un emblema en Santiago-Pontones. Sus propietarios trataron de mantener el molino, con medios propios, para que no se derrumbara y, en cierta medida, se puede ver en él el deterioro del paso del tiempo, pero nada más, porque su interior sigue intacto, tal y como llegó a funcionar en su época.

   Ubicado en las juntas del río Muso y Arroyo Frío, antes de desembocar  en el río Zumeta, la actividad comenzó en el molino harinero en torno a 1920 y terminó la molienda en 1980. La producción eléctrica empezó una década después y finalizó un lustro  antes. Y, sin embargo, la borra duró apenas veinte años, entre los años 40 y 60, puesto que apareció en el mercado la goma espuma, material que se introdujo en los colchones, almohadas o en las cabeceras de los escaños, tan populares en la sierra.

   El edificio y sus anexos están, tal y como lo atestigua un azulejo en su fachada, en el término de  Santiago de la Espada, justo en una parcela de uso agrícola que supera los diez mil metros cuadrados.

 

Texto:

Santiago y Andrés  Sánchez, padre e hijo, demuestran con esta obra un gran ingenio.

    En una primera construcción se aloja el molino harinero, los almacenes y las dependencias de una vivienda familiar. En sus dos plantas se distribuye la maquinaria del molino: las piedras de la molienda, la tolva, el guardapolvo, los semilleros y el cernido de los cereales. En una segunda edificación anexa al edificio principal se ubica la central hidroeléctrica y la fábrica de borra. Y, en una tercera, un canal de obra por el que se conducía el agua desde el caz all molino. También hay un horno árabe, un auténtico lujo.

   ARQUITECTURA. Deja claro el estudio de Miguel Mesa qué la cimentación, aunque no se encuentra visible, está hecha mediante pozos y vigas de arriostramiento rellenas de hormigón. La fachada exterior es de piedra con argamasa o mortero de cemento, así como los forjados del piso intermedio.

   Un paseo por el interior deja claro el entramado de las vigas del forjado. La cubierta a una o dos aguas, según el inmueble, está construida por vigas y faldones totalmente en madera. En general, se trata de un molino muy antiguo y en buen estado que, en la época en la que se construyó, era una verdadera maniobra de paciencia, inteligencia y maestría.

   La central eléctrica constituye una obra de ingeniería, sobre todo por el lugar en el que se encuentra, a 1.300 metros de altitud, una zona con inviernos de nevadas y al lado de un arroyo caudaloso. "Un padre que era molinero para más señas, con la ayuda de su hijo de 12 años haciendo estas maniobras... es para ponerles una calle en Santiago de la Espada” comenta el investigador de esta obra Ellos, Santiago y Andrés Sánchez García, padre e hijo, fueron quienes dieron luz a más de trescientos vecinos de cinco aldeas, aunque fuera tan solo con una triste bombilla de sesenta vatios, algo más que un humilde candil.

   El maestro molinero, además de sus quehaceres habituales hacia también las funciones de operario de la central hidroeléctrica y de electricista para reparar la línea e, incluso, sustituir un poste si fuera necesario. Cuenta Andrés García que su padre tenían una chopera de la que sacaban los postes de madera para hacer alguna reforma o ampliación de la línea o para sustituir los que se dañaban por el efecto de las condiciones meteorológicas tan adversas que había en la zona.

  El completo documento, con cálculos realizados a mano por el ingeniero técnico industrial Miguel Mesa, recoge también la tercera actividad industrial de este centenario molino, la fabricación de borra. Se trata de un subproducto procedente de la ropa usada que recogían, en aquel entonces, los sastres, la metían en sacos y la llevaban al molino para triturarla y meterla en los colchones, cojines y almohadas, un ejemplo de reciclado que ya se hacía en Santiago - Pontones a mediados del siglo pasado.

   Sin embargo, la parte más antigua e importante de este complejo industrial que se pretende poner en valor fue concebido para moler cereales y producir harinas con destino a la alimentación humana del ganado. Contaba con la fuerza motriz del agua gracias a una completa infraestructura para que llegara desde el Arroyo Zumeta hasta las piedras de la molienda. lCómo lo hacía? Gracias a una canalización conocida con el nombre de "El caz” actualmente rodeado de una frondosa vegetación. El ingenio de Santiago Sánchez no tenía límites. El viejo molino molía trescientos kilos de grano cada día, ocho fanegas de trigo -cada fanega tiene unos cuarenta kilos-y diez de cebada Hoy en día, es una oportunidad única para conocer la historia más reciente de un rincón de la provincia que merece la pena visitar.

 (Leyenda de las fotografías)

DETALLES. Arriba, a la izquierda, canal de obra encima del acueducto; a la derecha, detalle de las vigas y el faldón de madera cubierta. Junto a estas líneas, Andrés Sánchez García muestra el interior de la maquinaria y, por último, vista interior del cárcavo.

 Jaén, 19 de septiembre 2020

 

Fuentes: Diario JAÉN 19.02.2020  
Maquetación: Miguel Mesa Molinos