Provincia: LA TRASHUMANCIA, AL DETALLE
Los Carlillos se van de nuevo de “verea de invierno” o “verea de abajo” ¡Ya toca otra vez! En el pasado mes de mayo hicieron la “verea de arriba” desde el Porrosillo, enclave que pertenece a Arquillos, hasta los Campos de Hernán Pelea en las cumbres de Santiago de la Espada, y a mí me tocó hacerla “virtualmente” desde mi casa por el dichoso coronavirus. De nuevo toca otra vez estar en casa, a mí, y a muchísima gente… así que iré acompañándolos con mis recuerdos de otros años, caminando junto al hato, con los careas esperando órdenes y los mastines pendientes de mí para que no me despiste.
Qué es la “verea de abajo”
Cuando hablo de las rutas
trashumantes de la provincia de Jaén, me refiero a ellas con el término de “la
verea”; diferenciando la verea de invierno, a la que llaman de “abajo”, de la
verea de primavera que la llaman de “arriba”. En su conjunto, la verea
circular. Sobre el mes de noviembre los hatos trashumantes bajan desde las
cumbres de Santiago - Pontones a Sierra Morena siguiendo parte del Camino de
San Juan de la Cruz desde Beas a Santiago, para continuar por el Camino de
Aníbal que pasa por Cástulo hasta Cartagena, ya en el Condado, y finaliza
adentrándose en Sierra Morena: Vilches, Arquillos, Baños, La Carolina... A esta
le llaman la “verea de abajo”.
Dos etapas preparatorias para repretar a las ovejas
En nuestro caso, los
Carlillos tienen repartidos a sus animales en dos hatos: Unas 1.300 ovejas se
encuentran en los Campos de Hernán Pelea, y el resto, unas 1.000, que son las
que parirán en enero en la dehesa, en sus instalaciones del Castillico en La
Matea.
Antes de empezar las
etapas de la verea, hay dos días de preparación. El primero consiste en “repretar”
o juntar a las ovejas de los Campos y bajarlas a La Matea. El segundo día hay
que preparar a los mansos, poner los cencerros, contar a los animales, preparar
el vehículo de apoyo con los enseres que serán necesarios en el camino: Las
mallas cinegéticas para los corrales efímeros que hay que preparar para pasar
las noches, los víveres para los perros, los caballos y los pastores, las
tiendas de campaña para dormir…, y al tercer día al amanecer ponerse en marcha.
Las etapas del camino
A
lo largo de 5 días y recorriendo unos 100 km, atravesaremos la cumbre del
Almorchón (1.718 m), Pontones y la aldea de La Ballestera, hasta llegar a
pernoctar en la explanada de Hoya Morena (1.500 m). Seguiremos hacia las aldeas
de Hornos El Viejo y Cañada Morales, para dormir en La Lancha (1.198 m), en la
cumbre de la Natao en Beas de Segura. Bajaremos por la “Cuesta de Los
Pozos” a pernoctar en los corrales del Buen Pastor en el Cornicabral (549 m).
Atravesando el puente Mocho, nos dirigiremos hacia Camporredondo, El Campillo,
y por el Camino de los Cartagineses hacia Castellar para pernoctar en la venta
de San Andrés en Santisteban. Desde aquí por Navas de San Juan al Porrosillo en
Arquillos.
A
lo largo de nuestro caminar nos cruzaremos con fray Juan en su camino desde
Beas al Monte Calvario, y con Teresa de Jesús por el “Empedraillo” en su camino
a la fundación del convento de San José en Beas, o con Jorge Manrique junto al
puente Mocho, en su caminar desde Segura
de la Sierra a sus castillos de Chiclana de Segura o Montizón. Dormiremos de
nuevo junto a la Santa Madre en la Venta de San Andrés en Santisteban, cuando iba desde Beas a la fundación de
Sevilla. Veremos a nuestros antepasados íberos caminando de peregrinos al
santuario de la Cueva de La Lobera, y
nos cruzaremos con Aníbal en su caminar desde Cástulo a Cartago Nova.
1ª Etapa: El Almorchón –
Pontones –Casas de Carrasco – La Ballestera – Hoya Morena.
El inicio de nuestra nueva “aventura virtual” es en las instalaciones del Castillico que tienen Los Carlillos en La Matea. Aquí se encuentran ya todos los animales, unos 2.300 entre ovejas y cabras. El final de la etapa será en Hoya Morena a 1.079 metros de altitud, después de haber recorrido 16,83 km.
Esta primera etapa es dura, pero dura, dura… Desde las 8 de la mañana, hasta las 8 de la noche, bajando y subiendo cuestas.
Después de ascender al
Almorchón y bajar a Pontones, el hato
pasa muy cerca de la aldea de “Las Casas de Carrasco”. Tras tomar al medio día “un bocao” de pie en el
“Collao de las Casas” o la “Tiná del Tuerto,
descendemos a través de un agreste terreno a la aldea de La Ballestera,
para ascender a Hoya Morena.
Ya en Hoya Morena, el
hato queda resguardado bajo pinares y chaparros para pasar la noche en un
corral que allí existe. Los mastines pasarán la noche dentro del corral al
cuidado de “sus hermanas” de los innumerables zorros, jabalís y otros animales
que pululan por alrededor del corral a ver que pillan… el resto del personal,
después de cenar alrededor de una buena lumbre, al “catre” después de un largo,
largo, largo día…
2ª Etapa: Hoya Morena –
La Lancha en las cumbres de Beas.
Hoy partimos del corral efímero de Hoya Morena a 1.079 metros de altitud, hasta la Lancha en las cumbres de Beas de Segura a 1.198 metros, después de haber recorrido 13,69 km.
Descendemos a la aldea de Hornos el Viejo, dejando la aldea de La Platera a nuestra izquierda; después de cruzar la carretera A-317 por el mirador “Mora de los Canalizos”, continuamos buscando el puente que atraviesa el río Hornos en la carretera A-319, pues a nuestra izquierda tenemos el embalse del Tranco que hay que salvar para llegar a la aldea de Cañada Morales. Después de almorzar y dejar a los animales un rato de sesteo y ordeñar algunas cabras para aligerarles las ubres, afrontamos una subida “espeluznante” a las cumbres de Beas para pernoctar en la Lancha. Aquí, para que pasen la noche dejamos a los animales a careo, y ellos solos se buscan la vida bajo los chaparros o los majestuosos pinos laricios y negrales que existe en esta hoya, donde las noches son frías y en muchas ocasiones nos ha llovido e incluso nevado, como ha sido esta noche.
En la bajada hacia el río Hornos dejamos a nuestra
derecha, muy próxima la población de Hornos de Segura, pueblo con un encanto
especial que bien merece la pena visitarlo.
3ª Etapa: De la Lancha en las
cumbres de Beas al Cornicabral.
De nuevo nos ponemos en marcha desde “La
Lancha” a 1.198 metros de altitud en las cumbres de Beas, para llegar, tras
recorrer 13,31 km, a la tiná del Buen Pastor en el Cornicabral en Beas de
Segura, salvando dos escollos de aúpa:
“La Natao” y la “Cuesta de Los Pozos” de una dureza extrema, sobre todo por lo mal que la tienen conservada
las administraciones y los vecinos colindantes.
- El Camino del Calvario y el Camino de San Juan de la Cruz
-
Dejando atrás los pinares, encinas, chaparros… que nos han ido acompañando desde que salimos de La Matea, entramos ya en los olivares de pendiente dando vista a Beas, encontrándonos con el Camino de San Juan de la Cruz y con el Camino del Calvario.
El Camino de San Juan de la Cruz por el que transitamos, forma parte del camino que utilizaba Fray Juan (San Juan de la Cruz), aquel a quien Santa Teresa llamaba cariñosamente “medio fraile”, para viajar a pie o en caballería desde Beas a Caravaca de la Cruz (Murcia), para fundar el convento de los Frailes Descalzos en 1586, camino que pasa por Hornos, Pontones, Santiago de la Espada, Pedro Andrés, Nerpio y El Sabinar.
El Camino del Calvario, que también forma parte del camino de San Juan de la Cruz, se inicia en Beas, donde en 1575 Santa Teresa de Jesús fundó el primer convento de Descalzas de Andalucía, llegando Fray Juan de la Cruz en 1578 para asistir a sus monjas y establecerse como prior del monasterio de Nuestra Señora del Monte Calvario.
Al atardecer
llegamos a la tiná del Buen Pastor en el Cornicabral. Al hato antes de meterlo
en el corral para que pasen la noche, le damos “careo” (las dejamos a su aire,
pero vigilándolas) en una pequeña dehesa de encinas para que se coman las
numerosas bellotas, que con la ayuda de los callaos, tiramos al suelo. Después
de una cena con matanza de La Matea y cerveza fresquita que el hatero, Domingo,
siempre nos prepara y alrededor de la lumbre, toca descansar después de un día
larguísimo… entre frío, lluvia, mucho barro… pero con la alegría de que los
animales ya huelen la dehesa y saben que han dejador atrás el frio de las
cumbres de Santiago. ¡Hasta mañana!
4ª Etapa: Del Cornicabral a
la Venta de San Andrés
Es de noche aún y nos ponemos en marcha una
hora antes de lo acostumbrado, pues hoy
nos espera la etapa más larga de la verea ¡25,50 km! desde la tiná del
Buen Pastor hasta la Venta de San Andrés en Santisteban, a la que llegaremos de
noche.
- El
Empedraillo -
Nada más salir
primero nos encontramos en la calzada romana que los lugareños llaman “La
era del Empedradillo”. Esta vía es una bifurcación del llamado “Camino de
Aníbal”, camino cartaginés que partiendo de Cástulo pasaba por Navas de San
Juan, Santisteban, Montizón y atravesaba por las provincias de Ciudad Real y
Albacete para unirse a la de la costa mediterránea por Saetabis (Játiva).
- El
puente Mocho –
Y un poco más adelante ya en el río Guadalimar, nos
topamos con el puente Mocho. Es impresionante contemplar a 2.500 animales
transitar por su calzada. Este hito de ingeniería civil que tenemos en nuestra
provincia, por desgracia poco conocido. D. José María Almendral (ICCP) en un artículo publicado en
la Revista de Obras Publicas en el 1985 lo describe: “… El puente Mocho se
trata de un conjunto de dos puentes unidos. El más antiguo, romano, con
desagüe escaso, que funcionó sumergido en las avenidas.
El puente, descrito desde aguas abajo, consta de
camino de acceso, un primer tramo recto con cuatro arcos, dos pequeños de
aligeramiento y dos grandes de 7,60 y 7,85 m. de luz, bóvedas con
boquillas de sillería y tímpanos de mampostería de gruesos mampuestos careados.
El arco más próximo al estribo derecho, término de
Chiclana de Segura, es asimétrico; el lado izquierdo es una especie de
arco rampante, en cambio el derecho es de medio punto. El otro arco
grande no tiene esa anormalidad. El tramo de puente próximo al
estribo izquierdo es más bajo; tiene dos arcos de medio punto, sillería clásica
romana con tajamar del lado de aguas arriba parcialmente
destruido...”
Continuaremos nuestro caminar atravesando las pedanías de Chiclana de Segura:
Camporredondo y El Campillo para sestear y tomar un bocado
en los Retamales.
Al pasar por estas pedanías nos viene a la mente las posadas que allí había en otros tiempos, como la del “Guardalmenero” en El Campillo, en las que los pastores trashumantes podían dejar a las caballerías en las cuadras y al hato en los corrales, lo que les suponía poder estar sentados a la lumbre sin preocupaciones después de unas etapas muy duras desde las cumbres de Santiago. Los pastores llevaban sus provisiones para la verea, principalmente algo de matanza y un poco más, además de miel, tabaco verde, alguna manta de “cujón” de los telares de Santiago, y algún que otro choto. Esto le servía de moneda de trueque para pagar la posada, el pan, o la paja que le daba el posadero a las bestias. En cambio ellos dejaban en los corrales estiércol que luego al posadero le servía para abonar el hortal y el olivar.
- La Venta de San Andrés
-
A la tarde pasamos próximos a los Altos del Sotillo, donde se encuentra el santuario íbero de la Cueva de La Lobera en Castellar, para finalizar nuestra etapa en la Venta de San Andrés.
Ya se nos ha echado la noche encima y estamos casi llegando al final de la etapa, estamos muy, pero que muy cansados, pero esta noche es para mí la mejor, pues ponemos las tiendas en el patio de la antigua Venta de San Andrés frente al solar donde estuvo la ermita del mismo nombre en Santisteban del Puerto, lugar donde la Santa Madre, Teresa de Jesús, pernoctó cuando iba a la fundación de Sevilla, desde Beas.
Hace un frio
que pela y la noche será de aúpa, pero me pongo a pensar y me lleno de emoción
por poder caminar por estas rutas
trashumantes pensando que antes lo habían hecho personajes de la altura de
Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz,
Jorge Manrique…, pero los más importantes: ¡los pastores trashumantes!, que a lo largo de muchos siglos han
mantenido viva una tradición y una forma de subsistencia que ha llegado hasta
nosotros.
5ª Etapa: De la Venta de San
Andrés -A la dehesa del Porrosillo
Nos ponemos de nuevo en
marcha para afrontar la última etapa: 21.10 km. Dejamos atrás Santisteban del
Puerto. A dos kilómetros del pueblo llegamos al paraje del yacimiento de las
Erillas Blancas, en donde se encuentran
diferentes huellas de dinosaurios del periodo Triásico. Ya
hemos pasado Navas de San Juan. Es mediodía, toca el almuerzo y un descanso
para el hato.
Después del almuerzo hay que ordeñar a las cabras para aligerarles las ubres. Aquí todo el mundo tiene una misión, desde la vaca, los perros, los mansos, las cabras, los caballos y hasta el aprendiz que suscribe. Antes de afrontar la tarde y llegar a la tiná de la dehesa, hay que contar a los animales ¡uno a uno!
Final de la etapa, pero no de la verea, queda el apartado y repartir las ovejas por la dehesa, pero eso será mañana después de descansar por fin en ¡una cama! como Dios manda.
Epílogo
Hemos caminado entre pinares, encinas, chaparros, olivares, calzadas romanas… hemos atravesado cortijadas y aldeas, sintiendo la grandeza de todos estos caminos que aún perduran en el tiempo, y que siguen utilizándose para una actividad tan antigua como el hombre: La trashumancia.
Jaén, 22 de diciembre 2020
No tiene sentido añadir nada más a toda la trashumancia que has ido sacando en estos capítulos, queda muy bien reflejada tu pasión por este valioso oficio. Solo queda desearte que la próxima verea ya no sea en papel, sea en esos campos que labran los pastores junto al hato y aunque sigas siendo aprendiz, recuerda que desde abajo se aprende más que desde arriba, aunque aquí nunca habrá clases, solo compañerismo. Nos has inculcado mucho de esa nobleza de estas gentes sencillas. Lo dicho, que en la próxima ya sea caminando como ejecutes tus sueños. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenos días amiga Rosa, gracias por tus buenos deseos. Esperemos que este año que empieza vayan mejor las cosas para todo el mundo. Gracias por tu cariñoso comentario y un abrazo de tu amigo Miguel.
EliminarQué bonito es la transhumancia si no fuera por lo que se pena,por qué cuando hace frío por el frío y cuando hace calor por las calores, pero es una faena muy bonita para quién la entiende y sino por lo bien explicado que lo hace usted señor Miguel,lo cuenta muy bien, un saludo.
ResponderEliminarBuenos días Francisca, me alegra saludarla y gracias por sus piropos. La verdad es que la vida de los ganaderos en general es dura, pues en su calendario laboral no hay vacaciones, días festivos, los animales todos los días comen…, y estos que son trashumantes, aún más sacrificada. Un saludo. Miguel Mesa.
Eliminar